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lunes, 12 de enero de 2015

Guerra de la Independencia: El mariscal Ney invade Asturias




El más famoso de los mariscales de Napoleón posó sus botas sobre la tierra asturiana allá por mayo de 1809. Nos referimos al impetuoso Mariscal Ney. Por aquel entonces, Asturias era una isla rodeada por el territorio ocupado por las tropas imperiales y, si bien no contaba con un gran ejército, sí que constituía una amenaza sobre las comunicaciones entre Galicia y la meseta. A los franceses les preocupaba la presencia en Oviedo del general Pedro Caro y Sureda, Marqués de La Romana, que se había distinguido en su mando sobre la expedición del Báltico. Por este motivo, se planeó la primera de las invasiones contra Asturias partiendo de tres frentes: el este, desde Santander, le correspondería a Bonet; al sur, partiendo de León, se incorporarían las tropas de Kellermann; y deslizándose desde Galicia, al oeste, el Mariscal Ney.

Decimos deslizándose porque el principal objetivo de la invasión consistía en la captura del Marqués de La Romana, lo que exigía contar con el factor sorpresa y evitar que la alarma asturiana advirtiera a la capital. Así, el Mariscal partió de Lugo el 13 de mayo con una columna de unos 4.000 hombres,  integrada por infantería (27º, 39º y 59º de Línea; 25º Ligero),  trescientos jinetes (3º de Húsares y 25º de Dragones) y artillería (ocho piezas de artillería de montaña) [1]. En un alarde de astucia, el Mariscal cruzó la frontera asturiana por Ibias, al amparo de terrenos montañosos, donde los caminos eran poco transitables pero, como contrapartida, avanzaría amparado por la discreción. Así, cruzó los puertos de Rañadoiro, Cerredo y Leitariegos, para atravesar luego las villas asturianas del occidente: Cangas de Tineo -actual Cangas del Narcea- (16 de mayo), Tineo y Salas (día 17), cruzando el río Narcea en Cornellana. Al día siguiente alcanzaba Grado, donde encontraría la primera y más importante resistencia que habría de afrontar en el ya famoso encuentro de Peñaflor.




El resultado ya se ha tratado en este blog: las curtidas tropas del Mariscal vencen sin demasiada dificultad a los asturianos, pasando luego a cuchillo a la población de Grado. Tras pernoctar en la casa solariega de La Campona, al día siguiente Ney entra en Oviedo. Pero el Marqués de La Romana ya no estaba en la ciudad. Durante el combate de Peñaflor, se había apresurado a partir hacia Gijón, de cuyo puerto saldría en un buque inglés. Desde luego, esta no era la conducta que cabría esperar de un general de su prestigio.

El principal objetivo de la misión se había visto frustrado, y desde Galicia llegaban terribles noticias: el Mariscal Soult había sufrido serios reveses en Portugal y la amenaza sobre Galicia era seria. Por tanto, Ney se vio obligado a retomar el camino de vuelta, esta vez por la costa asturiana, encontrando alguna resistencia aislada por parte de las alarmas de Avilés, Muros del Nalón y Navia [2].

 

[1] CALVO, J.L.: "Acciones de guerra en el puente de Peñaflor (1809-1810)", en FERNÁNDEZ, G.A. (Coord.), Grado-Grau, villa y alfoz. Actas de las Jornadas de Estudios Locales, Grado, Círculo de Estudios Pramarenses, 2014, 4, p.61.
[2] CARANTOÑA, F.: La Guerra de la Independencia en Asturias. Madrid, Silverio Cañada, 1984, p.154.


FUENTES


ATTERIDGE, A.H.: Marshal Ney. The bravest of the brave. Barnsley, Pen & Sword, 2005.

CALVO, J.L.: "Acciones de guerra en el puente de Peñaflor (1809-1810)", en FERNÁNDEZ, G.A. (Coord.), Grado-Grau, villa y alfoz. Actas de las Jornadas de Estudios Locales, Grado, Círculo de Estudios Pramarenses, 2014, 4, pp.57-68.

CARANTOÑA, F.: La Guerra de la Independencia en Asturias. Madrid, Silverio Cañada, 1984.



lunes, 20 de enero de 2014

Los mariscales de Napoleón (I): Michel Ney, el más valiente entre los valientes


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Michel Ney (1769-1815) fue uno de los mariscales más aguerridos de Napoleón. Duque de Elchingen y Príncipe del Moscova, Ney no se formó en academia militar alguna, sino que se alistó en el 5º Regimiento de Húsares en 1787, junto al cual combatió en la Revolución Francesa en el bando revolucionario. Consiguió el ascenso a teniente tras la batalla de Valmy en 1792 y, desde entonces, comenzó a lograr fama por su coraje. Sin embargo, las carencias en su formación militar serán, a la postre, su perdición.

No obstante, esa carencia no le impidió elaborar una meteórica carrera militar apoyada en la valentía, la iniciativa y un gran conocimiento de la caballería: capitán en 1794, general de brigada en 1796 y general de división en 1799. En 1802 recibió el mando de las tropas acantonadas en Suiza como Ministro Plenipotenciario para los Asuntos Helvéticos. Contrario en un principio a Napoleón, los vínculos entre su esposa y la hija de Josefina propiciaron un encuentro entre Ney y Napoleón del que ambos salieron fascinados. De este modo, en 1804 el Emperador lo convirtió en Mariscal del Imperio. Al mando del VI Cuerpo de Ejército de la Grande Armée desempeñó un gran papel en las guerras contra Austria y Prusia, participando en batallas como Elchingen, Jena o Eylau.

En 1808 luchó brevemente en las campañas de España y Portugal y, en 1812, en la campaña de Rusia. Su participación en las batallas de Smolensk y Borodino al mando del III Cuerpo de Ejército quedó en un segundo plano tras su increíble hazaña en la retirada francesa. Ocupando con su III Cuerpo la retaguardia gala, Ney plantó cara ante los innumerables ataques de la caballería cosaca en una espectacular huida, logrando escapar de una muerte casi segura y presentándose ante Napoleón, el cual, sorprendido, lo bautizó como el "más valiente entre los valientes".

El mariscal Ney apoya a la retaguardia en la retirada de Moscú, Adolphe Yvon.

Tras la derrota en Rusia y la terrible situación en España, Francia había perdido la iniciativa. Ahora el territorio patrio y la mismísima capital francesa se veían amenazados en la Campaña de los Seis Días. En ese momento, perdida toda esperanza, Ney aconsejó a su Emperador la abdicación y, una vez éste partió hacia la isla de Elba, confraternizó con la causa borbónica.

A Napoleón la isla mediterránea se le hacía pequeña, y su ambición le llevó a regresar para ocupar nuevamente su trono, desembarcando con un millar de partidarios en el sur de Francia el 1 de marzo de 1815. Ney fue enviado por Luis XVIII para detener a Bonaparte, y con prometió con arrogancia llevarlo a París metido en una jaula. El 14 de marzo, en las cercanías de Auxerre, se producía el encuentro y las tropas de Ney, ante la presencia de su antiguo Emperador, desertaron en masa. Ney, ante aquel espectáculo, volvió a quedar cautivado por la aureola de Napoleón, fundiéndose ambos en un abrazo.

Su participación en la batalla de Waterloo está cargada de controversia. La carga de caballería que lideró, no autorizada por Napoleón, debió de ser impresionante, pero el hecho de no contar con apoyo de infantería y artillería montada convirtió el ataque en una matanza a manos de la infantería británica, que había formado en cuadro. Este mal paso dejó a Napoleón en una situación crítica ante la llegada del ejército prusiano. Una carga de gran valentía pero mal ejecutada, que pone en entredicho su capacidad como comandante.

El resultado de la batalla es bien conocido. Fue el final de Napoleón, que acabó sus días en un nuevo exilio, esta vez en Santa Elena. Por su parte, el mariscal Ney fue sometido a juicio y condenado a muerte, siendo fusilado el 7 de diciembre de 1815. Hay quien dice que la ejecución fue una pantomima y que en realidad se salvó de la muerte por su condición de Masón, huyendo a los Estados Unidos de América, donde viviría como Peter Stuart Ney hasta su muerte en 1846.


FUENTES


CHANDLER, David: Las campañas de Napoleón. Un emperador en el campo de batalla, de Tolón a Waterloo (1796-1815). Madrid, La Esfera de los Libros, 2005.


lunes, 30 de septiembre de 2013

Recursos de Internet sobre la Guerra de la Independencia: (II) Listado de páginas web y blogs


Obra expuesta en el Museo Histórico Militar de Ciudad Rodrigo.
Fuente: www.guerradelaindependencia.net

Hace varios meses, anunciábamos nuestra intención de recoger en una entrada los recursos de Internet especializados en la Guerra de la Independencia española, y aquí está el resultado. Es probable que se nos haya escapado alguna referencia, y en caso de que alguno de nuestros lectores esté al tanto de la existencia de otras webs o blogs en activo, rogamos se pongan en contacto con nosotros. Sin más, esperamos que este listado sea de utilidad para los aficionados y estudiosos de este fascinante episodio de nuestra historia.
 
 
Páginas Web

 
-1808-1814. Aunque un tanto anticuada en cuanto a su apartado visual, su riqueza de contenidos la convierte en la página web de referencia en castellano sobre la Guerra de la Independencia. En sí misma, es una verdadera enciclopedia, ya que reúne una ingente cantidad de información: biografías de protagonistas españoles, franceses, británicos y portugueses; artículos sobre el periodo; uniformes y condecoraciones; batallas; y una nutrida sección de fuentes bibliográficas.
 
-"Un viaje a la Guerra de la Independencia (1808-1814)". Hace tiempo dedicamos una entrada a esta sección del Portal de Archivos Españoles.
 
-"Guía temática sobre la Guerra de la Independencia", sección de la Biblioteca Nacional de España a la que también nos hemos referido anteriormente.

-La Guerra de la Independencia (1808-1814) es un especial que el diario vasco El Correo dedicó a dicho periodo con motivo del bicentenario. Contiene varias secciones muy bien ilustradas con imágenes y mapas. A destacar la sección de infografías, los reportajes y, sobre todo, la genial colección de himnos y música de la época.
 
-Bicentenario de la Guerra de la Independencia, perteneciente a la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, incluye bibliografía, enlaces a páginas web relacionadas con la temática y un catálogo en el que podemos acceder a documentos digitalizados.

-Cartografía de la Guerra de la Independencia. Perteneciente al Ministerio de Cultura y Deporte, cuenta con una cantidad importante de materiales cartográficos digitalizados.

-Historia Militar de la Guerra de la Independencia. Sección de la web perteneciente a la asociación Aula Militar Bermúdez de Castro, donde David Odalric de Caixal i Mata recoge los principales sucesos de la Guerra de la Independencia.

-Batalla de Los Arapiles. Cuenta con información sobre eventos realizados en torno a la conmemoración de la batalla, incluyendo una amplia galería de imágenes. También cuenta con secciones dedicadas a biografías -entre ellas las de Marmont y Wellington- y artículos sobre la batalla.

-Sitio Histórico de los Arapiles. Web especialmente bonita aunque, al igual que muchas otras, evidencia abandono por parte de sus autores. Aún así, hace gala de un museo virtual bastante atractivo, donde podemos visualizar reliquias del campo de batalla y dos documentos digitalizados. También cuenta con amplia información sobre la batalla y fotografías de un diorama de la misma más que notable.

-Ciudad Rodrigo. Sitio Napoleónico. Fuente interesante para aproximarse a la historia de los asedios de Ciudad Rodrigo. No obstante, algunas de sus secciones están inacabadas.

-Guerra de la Independencia. Almeida y Ciudad Rodrigo. Web impulsada por el Consorcio Transfronterizo de Ciudades Amuralladas hispano-luso. En la misma se puede acceder a un libro descargable titulado Almeida/Ciudad Rodrigo. La fortificación de la Raya Central, de Fernando Cobos y Joao Campos. Además, existen dos hipervínculos que separan el contenido en dos bloques temáticos en un sentido geográfico, como son las localidades de Ciudad Rodrigo y Almeida. Especial atención merece en el caso de la primera el Museo Histórico Militar.

-História de Girona. La Guerra del Francès. Página dedicada a la conmemoración del bicentenario de los sitios de Girona, en la que se incluye información sobre las ocupaciones francesas de esta ciudad catalana. Cuenta con imágenes de uniformes, mapas y transcripciones de documentos que permiten aproximarse a la Girona de la Guerra de la Independencia.

 -Girona 1808-1809.

-Peninsular War 200. Web en inglés creada en el marco del bicentenario de la guerra peninsular. A destacar las fotografías de los campos de batalla.

-The Peninsular War 1808-1814. Esta página, también en el idioma de Shakespeare, presenta información sobre las batallas que tuvieron lugar en la península Ibérica, y cuenta con mapas sencillos y visualmente atractivos.

-Foro para el Estudio de la Historia Militar de España. Cuenta con una sección referida a la Guerra de la Independencia, en la que se repasa varios aspectos como los tebeos y películas existentes en torno a este periodo. Se aprecia incompleta.

 
Blogs


-1808-1814. Blog de Miguel Ángel García García orientado a recorrer los escenarios de la Guerra de la Independencia. Exhaustivo y monumental, un gran trabajo y claro referente en esta temática, que brilla por la más que obvia dedicación de su autor, y por su continuidad en el tiempo.
 
-Guerra de la Independencia 1808-1814. Se trata de un blog original que se aproxima a la Guerra de la Independencia a través de las miniaturas, contextualizándolas y aportando explicaciones a cuestiones como los distintos tipos de unidades o sus uniformes. También recoge biografías, eventos... En definitiva, muy interesante.

-Peninsular War News. Blog que recoge numerosas noticias relacionadas con la Guerra de la Independencia entre los años 2008 y 2010. Desafortunadamente, desde entonces se ha mantenido sin recibir actualización alguna.

-Guerras Napoleónicas. Aunque, como su propio nombre indica, este blog transgrede el espacio comprendido por la península Ibérica, su inclusión en este listado resulta obligatoria. Ello se debe a que trata muchos aspectos de la Guerra de la Independencia y recoge una gran información cultural y militar referida a la época, con numerosas fotografías de reliquias y objetos como cascos, corazas y demás utensilios.

-Viejas y nuevas historias de las Guerras Napoleónicas. Blog con características análogas al anterior, también centrado en las guerras napoleónicas que asolaron Europa aunque prestando atención al caso de la península Ibérica.

-Guerra Peninsular. Blog en portugués, que si bien no ha sido actualizado en los últimos años, contiene bastante información sobre el discurrir de la guerra en territorio luso.

-La Cruz del inglés 2012. Blog bilingüe en castellano e inglés centrado en el municipio sevillano de Alcalá de Guadaíra.

-Málaga 1810. Blog organizado por la Asociación Teodoro Reding.

-Badajoz 1811-1812. Muy interesante y riguroso. Cuenta con un archivo de transcripciones de documentos, grabados y mapas de la época.
 
-Galicia 1809. Guía sobre uniformes del ejército francés durante la ocupación de Galicia, con especial hincapié en la batalla de Elviña.

-Linhas de Torres Vedras. Blog impulsado por la Asociación para la Defensa y Divulgación del Patrimonio Cultural de Torres Vedras, centrado en estas defensas militares portuguesas.

 
 

viernes, 13 de septiembre de 2013

Juaca Bobela y Marica Andallón: Heroínas asturianas en la Guerra de la Independencia

 
La placa, ubicada en la calle Cimadevilla de Oviedo, se
situó en 1908 con motivo del primer centenario.

Aunque pase desapercibida para muchos viandantes, en la calle Cimadevilla de Oviedo existe una placa que señala el lugar donde comenzó el alzamiento asturiano contra los franceses del 9 de mayo de 1808. Se trata de un elemento conmemorativo donde figuran, junto a nombres de ilustres asturianos como el teniente general Llano-Ponte o Gregorio Jove y Valdés, dos mujeres no tan conocidas, pero que alcanzaron en su momento la categoría de heroínas de la Guerra de la Independencia: Joaquina González García Bobela (1759-1844) y María Josefa Francisca González y Suárez (1764-1848).

Aquel día llegaba a Asturias, junto a las noticias sobre los sucesos del dos de mayo en la capital, un bando del general Murat imponiendo la autoridad francesa. En ese momento estalló el rechazo contra tales pretensiones, produciéndose un levantamiento popular que impidió a la Audiencia la publicación de tan vergonzosas órdenes. Entre los alzados, y parte fundamental de la agitación popular, se encontraban Juaca Bobela y Marica Andallón. De hecho, Fermín Canella contaba en su obra Memorias asturianas del año ocho, que Juaca Bobela fue «de las primeras que concurrieron con estudiantes, armeros y gentes de todas clases a la plazuela de la Catedral, frente a la casa de Dorado-Riaño, donde entonces se hallaba Correos» (1). La notoriedad que alcanzaron aquél día se hace más clara si tenemos en cuenta que ambas acompañaron a Gregorio Jove al interior de la Audiencia cuando éste logró apoderarse del bando de Murat. En este sentido, el papel de Juaca Bobela fue notable: aquella noche, en las calles de Oviedo, arrancó las copias del bando que la Audiencia logró reimprimir.
 
Juaca Bobela asistió al rebato de campanas en la víspera del 25 de mayo de 1808, día en el cual la Junta declaró la guerra a Francia. También participó, entre los días 27 y 29 de mayo, en el desarme de las tropas enviadas para sofocar el alzamiento -Carabineros Reales y Regimiento Hibernia-, si bien la totalidad de estos contingentes se sumó a la causa asturiana. Ya durante la presencia de tropas francesas en Asturias, a partir de mayo de 1809, Juaca Bobela se vio obligada a abandonar Oviedo. Finalizada la guerra, fue recibida por Fernando VII, otorgándosele una pensión vitalicia.

Marica Andallón (apodo que se debía al pueblo de Las Regueras del que su familia era originaria) participó también en los preparativos del levantamiento del 25 de mayo de 1808. Tuvo un papel importante el 19 de junio, al intervenir para evitar que una multitud fusilase a varios afrancesados, entre los que se contaban los consejeros José Antonio Mon y Velarde y Juan Meléndez Valdés; y los militares Carlos FitzGerald, Juan Crisóstomo de La Llave y Manuel Ladrón de Guevara. Puede que influyese en su actitud el haber trabajado como sirvienta para una familia española en París y Burdeos, periodo durante el cual adquirió cierto conocimiento de francés. Ello le fue de utilidad, durante las invasiones francesas de Asturias, para mantener contacto con los soldados y oficiales enemigos. Otros hechos que se le atribuyen es el de formar parte de una asociación de caridad para atender a los heridos; ocultar a varios vecinos y, según se dice, defender en varias ocasiones a las muchachas acogidas en el Hospicio de las vejaciones de las tropas francesas. Con ciertas dificultades, acabó reconociéndose su labor y recibió una pensión por los "servicios hechos a la patria en 1808, 1809 y 1810". (3)



(1) "Andallón y Bobela, heroínas contra Napoleón", en La Nueva España, 11 de mayo de 2008.
(2) Ibíd.
(3) Diccionario Enciclopédico del Principado de Asturias, vol. 1, pág. 293.


FUENTES


RODRÍGUEZ MUÑOZ, Javier y ROZA IGLESIAS, Ana María (Dir.): Diccionario Enciclopédico del Principado de Asturias. Oviedo. Nobel, 2005.

1808-1814.org

El Tesoro de Oviedo

"Andallón y Bobela, heroínas contra Napoleón", La Nueva España, 11 de mayo de 2008.

lunes, 29 de abril de 2013

Prisioneros de Bailén: Historia de los soldados olvidados de Napoleón


Sepultura de los franceses muertos en Cabrera. Fuente: Biblioteca Nacional.
"La Ilustración", 7 de junio de 1891, Barcelona.


Como habíamos visto, la batalla de Bailén se saldó con una rotunda victoria de las tropas españolas. Las capitulaciones de Andújar, firmadas por Dupont el 22 de julio de 1808, establecían el regreso de las tropas francesas a su patria por vía marítima, para lo cual habrían de ser trasladadas desarmadas hasta Cádiz. En el trayecto, no pocos de estos 14.000 prisioneros sufrieron los insultos y agresiones de los pueblos por los que pasaban. La noticia del saqueo que habían perpetrado en Córdoba había llegado a todos los andaluces.
 
Sin embargo, el 10 de agosto se comprobó que no había barcos suficientes para transportar a todos los prisioneros. En septiembre, con el apoyo de buques británicos, se pudo enviar de vuelta a Francia a los jefes y oficiales, muchos de los cuales sufrieron las iras de Napoleón. Es el caso de Dupont, el cual fue degradado y confinado en prisión por su vergonzosa rendición. Sin embargo, el resto de la tropa cautiva permaneció confinada en prisiones flotantes -pontones- en Sanlúcar de Barrameda, donde la mala alimentación e higiene comenzaron a causar numerosas muertes entre aquellos hombres.
 
Pasaban los meses, mas nada cambiaba. Al parecer, los ingleses habían ejercido presiones para que los prisioneros no regresasen a Francia, por temor a que una vez allí volviesen a cruzar los Pirineos. A ello se sumó la indiferencia de Napoleón, demasiado herido en su ego como para rescatar a aquellos hombres a los que consideraba unos cobardes. De este modo, no llegó a producirse un intercambio de prisioneros. El Gobernador de Cádiz, ante una situación que no iba a resolverse, decidió deshacerse de los prisioneros. Unos cuatro mil fueron enviados a las islas Canarias, donde se integraron entre la población. Los diez mil restantes fueron enviados, con el mismo objetivo, a las islas Baleares, pero las autoridades y la población se negaron a aceptarlos. De este modo, la Junta Central decidió llevarlos a la deshabitada isla de Cabrera, al sur de Mallorca, donde fueron abandonados el día 5 de mayo de 1809. Además, tal y como indica Isabelle Bes Hoghton, de este modo se protegía a la población mallorquina de la "perniciosa influencia" de las ideas revolucionarias de los cautivos. (1) Los hechos ocurridos durante aquellos cinco largos años aparecen narrados en la obra  Los franceses de Cabrera (1809-1814) de Pierre Pellisier y Jéróme Phelipeau.

La única construcción que había en toda la isla era un viejo fuerte derruido. A penas sin recursos, sin agua -aunque encontraron un pequeño manantial-, los cautivos dependían de un barco que, cada cuatro días, llegaba cargado de víveres que resultaban insuficientes para diez mil personas.

Para evitar la anarquía, se establecieron jerarquías en función del rango militar, creando un consejo encargado de regular acciones como el reparto de los víveres, impartir justicia e imponer normas. Parece ser que la llegada desde España del cura Damián Estelrich -en julio de 1809- aportó también cierta serenidad en medio de aquella desesperante situación. Incluso llegaron a construir unas cabañas precarias -en lo que se conoció como Napoleonville- estableciendo calles con nombre parisinos, así como una plaza que se configuró como el centro de reuniones e intercambios, llamada Palais Royal. Pero el orden pronto se vino abajo con la monotonía y las penurias. Hubo varios intentos de fuga, uno de los cuales provocó, como castigo, el retraso en el envío del barco de suministros. En julio de 1810, los oficiales que quedaban entre los cautivos fueron enviados a Inglaterra. Curiosamente, hace poco se confirmó que entre los prisioneros había también algunas mujeres (quizás veinte o treinta), las cuales eran objeto de negocios y peleas entre los oficiales y prisioneros, por lo que el cura decidió solicitar que aquellas que no estuviesen casadas fuesen enviadas a Inglaterra junto a los oficiales.

La situación se agravó en 1812. Fue entonces cuando llegaron desde Alicante 1.200 nuevos prisioneros. A todo ello se sumó la autoridad de un gobernador que les sometió a trabajos forzados, al tiempo que eliminaba el consejo que habían organizado los franceses acusándolo de estar detrás de los intentos de fuga. La dramática situación llevó a los prisioneros a caer en el canibalismo con sus compañeros fallecidos. En estas circunstancias son muchos los que pierden la cordura, caso de los llamados tártaros, quienes se aislaron del resto de los prisioneros en una cueva. El otro grupo, el mayoritario, era conocido como  los robinsones.

Cueva de los Tártaros

El 16 de mayo de 1814, al firmarse la paz, los 3.700 supervivientes asistieron a la llegada de un barco francés que habría de llevarles hasta el puerto de Marsella. Regresaban a casa tras cinco años de cautiverio, donde fueron recibidos con ciertas reservas: el monarca Luis XVIII temía que fuesen leales a Napoleón, el hombre que los había abandonado a su suerte. Algunos dicen que este oscuro episodio habría constituido el primer campo de concentración de la Historia.
 
 
(1)  BES HOGHTON, I. p.26.

 
FUENTES


BES HOGHTON, I.: "Cabrera: De l'Île paradis à l'Île enfer" en Anales de Filología Francesa, nº16, 2008.
 
1808-1814 Escenarios

Ideal, Granada Noticias

Historia de Iberia Vieja

Historia Siglo XIX

Mallorca Diario


viernes, 19 de abril de 2013

Portal de Archivos Españoles: "Un viaje a la Guerra de la Independencia (1808-1814)"



Portada de la sección dedicada a la Guerra de la Independencia en PARES.
Todos los derechos pertenecen al Ministerio de Cultura.
 
 
 
 
En la web PARES (Portal de Archivos Españoles) recibimos una invitación para recorrer la Guerra de la Independencia a través de varios espacios que, con un sentido didáctico, pretenden exponer el conflicto a través de documentos del Archivo Histórico Nacional. Así, pulsando en la pestaña "un viaje a la guerra", tendremos acceso a varios apartados dedicados a facetas del conflicto tales como el levantamiento popular, el desarrollo bélico, los afrancesados,... amén de los apartados especiales dedicados a la estrategia militar -de gran utilidad para conocer las tácticas y armamentos de las guerras napoleónicas- y a la guerra ideológica. Como decimos, el uso de documentos digitalizados para ilustrar estos apartados constituye un valor añadido.

Otra pestaña se dedica al Archivo Histórico Nacional, donde se narra su historia y, además, se plasman los fondos de la Guerra de la Independencia, agrupados en: Administración de Fernando VII; y Administración de José I. Además, se indica la importante labor de digitalización de los documentos de estos fondos de 1808-1814. De ahí que también se incluya un buscador de documentos para aquellos que estén interesados en estudiar el periodo. Por último, la sección el aprendiz del historiador se encarga de presentar el conflicto de un modo sencillo y didáctico para aquellos que quieran acceder a una sencilla explicación de lo que fue la Guerra de la Independencia. Gran labor la realizada por PARES.

 

viernes, 12 de abril de 2013

"Guía temática sobre la Guerra de la Independencia" de la Biblioteca Nacional de España

 
Portada de la Guía temática de la Biblioteca Nacional de España. Todos los
derechos pertenecen a la BNE y al Ministerio de Cultura.
 
 
 
Entre las iniciativas públicas para la conmemoración de la Guerra de la Independencia, tiene particular interés una guía temática elaborada por la Biblioteca Nacional. Dicha guía pretende presentar de un modo accesible aquellos fondos relacionados con la Guerra de la Independencia con los que cuenta esta institución. De este modo, la Biblioteca Nacional se propone como pieza clave para el estudio del periodo 1808-1814, al contar con fondos valiosísimos, entre los cuales destaca la colección Gómez Imaz, compuesta por más de 3.000 libros, manuscritos, revistas y periódicos dedicados a la Guerra de la Independencia.
 
Los fondos que la Biblioteca Nacional dedica a la Guerra de la Independencia aparecen catalogados en función de la naturaleza de sus piezas: libros; manuscritos; revistas y periódicos; cartografía; dibujos y grabados; y repertorios bibliográficos. En definitiva, un recurso fundamental para los investigadores.
 
Además, esta guía temática incluye otros apartados, como archivos, bibliotecas y museos, tanto nacionales como extranjeros; una cuidada selección de bibliografía sobre la Guerra de la Independencia; y su presencia en el cine, la literatura e Internet. Por tanto, nos encontramos ante una guía austera en sus formas pero con gran cantidad de información para aproximarse al periodo 1808-1814. Muy recomendable.
 
 
 
 

sábado, 6 de abril de 2013

La batalla de Bailén (1808): Cuando Castaños y Reding pararon los pies a Dupont


La rendición de Bailén. José Casado del Alisal.

Tras los sucesos del 2 de mayo se formaron numerosas juntas provinciales que, ante la invasión legal de las tropas napoleónicas, decidieron organizar la defensa del territorio patrio. Una de estas juntas fue la de Sevilla, la cual nombró a Francisco Javier Castaños general en jefe del Ejército de Andalucía. Sus tropas habrían de detener el avance del Cuerpo de Ejército del general Dupont -uno de los cinco que ocupaban la península- cuyo objetivo consistía en ocupar Cádiz para controlar su importante puerto. Dupont, en su avance, venció a las tropas españolas en el puente de Alcolea el 7 de junio y, acto seguido, tomó y saqueó Córdoba, para abandonarla el día 16 con el objetivo de fijar su cuartel general en Andújar, consciente, gracias a sus agentes, de que la Junta había organizado un gran ejército. Por temor a quedar cercado y sin comunicación con Madrid, aquel mismo día, envió a Vedel al mando de 6.000 hombres y 600 dragones a Bailén, donde éste fijó su cuartel. Otros 3.000 hombres custodiaban La Carolina. Junto a Dupont permanecían en Andújar 10.000 hombres. En definitiva, su tropa estaba demasiado dispersa y Dupont, imposibilitado para seguir hacia su objetivo, adoptó una actitud defensiva en torno a la orilla derecha del río Guadalquivir.

Por la parte española, había sido encomiable la organización del Ejército de Andalucía, formado por unos 35.000 hombres (25.000 de ellos bajo el mando de Castaños, mientras que un segundo ejército de 10.000 combatientes, organizado en Granada, estaba mandado por Teodoro Reding). Ambos ejércitos se encontraron en Porcuna a finales de junio.

Castaños dividió su ejército en cuatro divisiones, dos de las cuales (mandadas, cada una de ellas, por Reding y Coupigny) tenían por objetivo vadear el río Guadalquivir, al tiempo que las otras dos distraían a las tropas francesas en su frente. De este modo, el día 15 de julio, Castaños inició movimientos frente a Dupont, lo cual provocó que Vedel abandonase Bailén para acudir a Andújar. Un día más tarde, Reding cruzaba el río en el área de Mengíbar, consiguiendo que Dufour -el cual había ocupado el puesto de Vedel en Bailén- se retirase hacia el norte, a La Carolina. Reding se replegó a pesar de su éxito, mientras que Dupont envió nuevamente a Vedel y Dufour junto a diez mil hombres para evitar que los españoles cortasen el paso cerca de La Carolina, creyendo que era éste el objetivo de los españoles.

El 18 de julio, Dupont se veía obligado a abandonar Andújar, encontrándose en la madrugada del 19, para su sorpresa, con las divisiones de Reding y Coupigny en los alrededores de Bailén, las cuales habían cruzado el río por segunda vez. Formaban tres líneas de combate, cuya retaguardia estaba custodiada por siete batallones.

Comenzaba la batalla, y todos los estudiosos coinciden en lo erróneo del despliegue francés. En aquellos instantes, Vedel se había dirigido hacia Sierra Morena, alejándose de la batalla. Fue la misma razón la que llevó a Dupont a concebir mal el despliegue de sus hombres, por temor a que los españoles bloqueasen Despeñaperros. Dupont creía que los españoles se encontraban en los Visos de Andújar, por lo que había dejado en su retaguardia, para cubrir la retirada y dar la impresión de que permanecía en Andújar, a sus tropas veteranas. Entre ellas y su vanguardia, formada en buena parte por tropas bisoñas, iba un convoy de heridos de varios kilómetros. Si tenemos en cuenta que Castaños seguía creyendo que los franceses permanecían en Andújar, y que para Reding y Coupigny también fue una sorpresa encontrarse con los franceses en Bailén, se concluye que se trató de una batalla de encuentro, afectada por la casualidad. Una batalla que se libró en un día muy caluroso, en el que se llegó a rozar los 40º C, y en el cual los suministros de agua por parte de la población fueron fundamentales para la victoria española (tanto para hombres, como para enfriar las piezas de artillería).


Batalla de Bailén. Elaboración propia. Pulsar para ampliar.


La ventajosa posición española fue fundamental. Dupont necesitaba romper la formación española, pues tenía a sus espaldas al resto del ejército de Castaños. El tiempo apremiaba para los franceses, razón por la que tomaron la iniciativa. Tras atacar fallidamente con cuatro batallones, los franceses lanzaron una carga de caballería que no supo aprovechar su éxito y acabó replegándose. Un tercer ataque francés fue frustrado por la bien emplazada artillería española, que causó verdaderos estragos en las columnas enemigas. Una nueva carga de la caballería francesa, en respuesta al ataque de la española, llevó a sus jinetes hasta las mismísimas piezas de artillería española, pero el cansancio les obligó a replegarse. La firmeza de las líneas españolas, cuyo centro fue atacado sin éxito por la infantería francesa por quinta vez; el elevado número de bajas (2.600); la proximidad de Castaños en su retaguardia; y la lentitud de los refuerzos de Vedel; llevaron al herido Dupont a plantear ante Castaños las condiciones de su derrota: partir, junto a su ejército, hacia Cádiz, con armas y demás equipo inclusive, para regresar a Francia por mar. El día 22, Dupont firmó la capitulación. Finalmente, solo llegaron a Francia los oficiales, mientras que la tropa prisionera fue confinada en la isla desierta de Cabrera, donde pasaron cinco fatídicos años. Respecto a los españoles, la batalla de Bailén demostró que los ejércitos napoleónicos podían ser derrotados, y la noticia corrió como la pólvora por toda la península. Otra cuestión es la de quién fue el padre de la victoria. En rigor, Castaños no presenció la batalla, si bien se le atribuyó el éxito. Mientras, el hispano-suizo Reding, verdadero artífice de la victoria, fue olvidado.
 


FUENTES
 
 
ARTOLA, M.: La Guerra de la Independencia. Madrid. Espasa, 2007.
 
VÁZQUEZ, J. y MOLINA, L.: Atlas ilustrado de las grandes batallas españolas. Madrid. Susaeta, 2010.
 
VV.AA.:Las grandes batallas de la Historia. Barcelona. Debolsillo, 2011.

jueves, 7 de febrero de 2013

Gregorio Jove Valdés (1779-1857)

Gregorio Jove Valdés


Procurador General
 
Gregorio María Jove Valdés nació en La Campona, casa solariega de su familia ubicada en Peñaflor (Grado), el 9 de septiembre de 1779. De cuna hidalga, en 1805 fue nombrado procurador general del Principado de Asturias por un periodo de tres años. Tal y como señala Visitación López del Riego, Jove dirigirá dos oficios al rey: en uno de ellos defendía los privilegios de su clase frente a una Real Orden; en la segunda proponía a Fernando VII proceder a armar a los habitantes de la región, dada la desconfianza que le producía la presencia de tropas francesas en territorio patrio.
 
Esos recelos de Jove se vieron confirmados tras los sucesos del dos de mayo y la llegada al Principado de Asturias de la correspondencia de Madrid, el día 9. Ese mismo día fue hecho llamar junto a otras autoridades cuando la Audiencia trató de publicar el bando de Murat, lo cual provocó la indignación y levantamiento del pueblo de Oviedo. Según del Riego, Jove, como procurador general, consiguió templar los ánimos de la población, adoptando una actitud intermedia por la cual, si bien se manifestaba a favor del sentir popular, pedía respeto a las autoridades. La enfermedad de Jove le impidió presidir la Junta General extraordinaria en la que se decidiría declarar la guerra a Francia. Al día siguiente (10 de mayo) Jove presidió una nueva Junta, en la que fue elegido procurador general Álvaro Flórez Estrada.
 
 
Político y militar contra los invasores franceses
 
Jove, revestido de la autoridad moral que le había otorgado su cargo y experiencia, continuó asistiendo a las Juntas que se celebraron. Incluso costeó la creación de un cuerpo de Cazadores de Montaña integrado por doscientos hombres, más tarde integrado en el Regimiento de Grado.

Jove tuvo un papel destacado en su apoyo al golpe del marqués de La Romana del 2 de mayo de 1809, siendo uno de los portadores de la orden de supresión de la Junta del Principado y convirtiéndose en vocal de la nueva Junta formada por La Romana. Explicación a la actitud de Jove se encuentra en una de las cartas que Visitación López del Riego presenta en su artículo en la cual, Jove,  ponía de manifiesto la existencia de intrigas e intereses en el seno de la Junta.

Por otra parte, desde aquel entonces destacó su faceta combativa y, con el rango de coronel, participó en varios enfrentamientos contra las tropas francesas, caso de la acción de Peñaflor, el ataque al puente de San Martín de Miranda; o la participación en acciones guerrilleras, como sugieren sus contactos con Juan Díaz Porlier (ver López del Riego).

En enero de 1811, se integró en la comisión designada para solicitar al Gobierno una Junta Superior Constitucional, lo que provocó su arresto en Galicia. En 1814, de nuevo como procurador general, intentó que se restaurase la Junta del Principado de Asturias que existía en 1808, logrando el beneplácito del monarca Fernando VII.
 
 
Jove tras la Guerra de la Independencia
 
Cabe destacar los flirteos de Jove con los liberales del Trienio Liberal (los cuales ya se habían producido durante la Guerra de la Independencia), lo que fue motivo para que la Junta de Purificación que vendría con el inicio de la Década Ominosa le retirase sus méritos militares, si bien en 1827 se le consideró, según del Riego, "purificado de la conducta política y militar que observó durante el Gobierno Revolucionario". Suerte similar corrió su hermano, lo que provocó la intervención de Jove ante el monarca y, al no encontrar respuesta, su renuncia al título de Vizconde de Campo Grande -el cual había heredado de su padre en 1816-. Jove siguió integrado en la Junta del Principado, y a comienzos de los años cuarenta del siglo XIX era director del Instituto Asturiano. Murió el 7 de julio de 1857, en La Campona.


 
FUENTES

 
LÓPEZ DEL RIEGO, V.: "Gregorio Jove: aportación documental a su biografía" en Boletín de Real Instituto de Estudios Asturianos. Oviedo, 1977, nº92, pp.677-704.
 
Diccionario enciclopédico del Principado de Asturias. Tomo 9. Oviedo, Ediciones Nobel, 2005.

sábado, 2 de febrero de 2013

La acción militar de Peñaflor en la Guerra de la Independencia

Concluida la serie dedicada a la vida de Parker Carrol, aprovechamos la ocasión para dedicar un capítulo a la acción en la cual participó junto a un reducido grupo de soldados asturianos para tratar de detener al mariscal Ney en la primera invasión francesa del Principado de Asturias. Ese combate tuvo lugar en Peñaflor (concejo de Grado) el 18 de mayo de 1809 y aún hoy existen ciertos interrogantes y confusión en torno a este suceso.
 
 

El puente de Peñaflor
 

Planteamientos en torno a las fuentes
 
 
Al recurrir a las fuentes bibliográficas existentes sobre la acción o combate de Peñaflor -el término batalla no resulta aceptado por la historiografía dadas las características del combate- se perciben imprecisiones y ciertos errores que pueden deberse al relato oral. Así se observa en el relato de Ramón Álvarez Valdés; o en la obra Grado y su concejo, de Fernández de Miranda, publicada en 1907. En este sentido, el artículo de José Luis Calvo Pérez, publicado en la web de ARHCA, resulta preciso y constituye un enfoque actual que desmiente ciertas cuestiones, como la imposibilidad de la ubicación de la pieza de artillería española sobre la Peña del Viso. Sin embargo, en ese mismo artículo se manifiesta que parte de las tropas presentes en Grado en la mañana del 18 de mayo huyeron tras la escaramuza de El Fresno y, por tanto, no llegaron a combatir en Peñaflor. Entra así en contradicción con Fernández de Miranda, pero también con las publicaciones recientes de Alicia Laspra que, en base a la correspondencia de Carrol, ubica a toda la guarnición de Grado en la acción de Peñaflor.
 
El propio Carrol nos plantea varios interrogantes. En primer lugar, con motivo del bicentenario de la Guerra de la Independencia hemos visto, sobre todo en prensa, referencias a Carrol como "capitán", incluso en la placa conmemorativa del Ayuntamiento de Grado (ver William Parker Carrol). Sin embargo, según Laspra y O' Connell, Carrol recibió el grado de teniente coronel en agosto de 1808 ("In bello fortis": la vida del teniente general irlandés Sir William Parker Carrol (1776-1842, página 50). La cuestión de su graduación militar nos lleva a un segundo planteamiento: si en Peñaflor se encontraban Gregorio Jove y Juan Cañedo, ambos coroneles y por tanto superiores a Carrol, ¿por qué habría de corresponderle a Carrol la dirección del combate? Con esto no estamos negando su dirección de la acción, pero creemos que es una cuestión a la que sería oportuno responder.
 
Consideramos que estos aspectos son importantes para comprender la realidad del acontecimiento. Por nuestra parte, esperamos encontrar respuesta a estos aspectos en el próximo libro de Evaristo Martínez-Radío sobre la alarma asturiana durante la Guerra de la Independencia.
 
 
Aquel 18 de mayo...
 
Como habíamos visto, Carrol llegó a Grado en la madrugada del 18 de mayo de 1809, en compañía del coronel Gregorio Jove Valdés, natural de Grado -nacido en La Campona-. Allí recibieron información sobre el cruce, por parte de tropas francesas bajo el mando del mariscal Ney, del río Narcea. Carrol, al comprobar que el sistema de alarma no había funcionado, ordenó repique de campanas. En Grado se encontraba una veintena de soldados del Regimiento de la Princesa; una compañía de granaderos del Regimiento de Gijón -bajo el mando del teniente coronel José Argüelles-; unos ciento cincuenta soldados bisoños del Regimiento de Luarca (coronel Juan Cañedo); y un grupo de paisanos armados formado por entre cincuenta y cien vecinos liderados por el párroco de Grado. En total, se contaba con unos 500 o 600 hombres. Al mando de la guarnición se encontraba el coronel Trelles.
 
Los oficiales españoles y el comisionado británico procedieron a planear la defensa. Conscientes de su inferioridad numérica y material, la defensa se orientó a la detención del avance enemigo hasta la llegada de refuerzos desde Oviedo. Se contemplaron dos posibles puntos de resistencia en base a sus excepcionales condiciones defensivas: el alto del Fresno y el puente de Peñaflor. Tras sopesarlo, se decantaron por la segunda opción. Las peñas del Viso y del Aire forman un desfiladero por el cual transcurre el río Nalón, cruzado por el famoso puente románico. Por otra parte, la decisión de Peñaflor implicaba una mayor proximidad a Oviedo -a la espera de los refuerzos- y el bloqueo del camino real que a la misma conducía.
 
No obstante, Jove envió a grupo de soldados del Regimiento de Luarca a El Fresno a modo de avanzadilla para hostigar al enemigo y frenar su avance. Sobrepasados por la abrumadora ventaja francesa, no tardaron en regresar a Grado, llevando consigo el nerviosismo al resto de la guarnición y provocando, según las tesis más recientes, la desbandada de los granaderos de Gijón, la tropa del Regimiento de la Princesa y de parte de sus propios compañeros. Las perspectivas no eran halagüeñas para aquellos que decidieron resistir: tres compañías del Regimiento de Luarca con una pieza de artillería, y paisanos de Grado, mas los que se sumaron de Peñaflor, Cuero y los alrededores, muchos de ellos armados con chuzos.
 
La defensa que se organizó en Peñaflor no fue la más propicia. El tiempo no fue un privilegio con el que contasen los asturianos, lo cual imposibilitó tanto una planificación más exhaustiva como el despliegue de medios defensivos tan sencillos como parapetos para una mayor cobertura de la tropa. A toro pasado, podemos decir que la planificación no fue la mejor, dado que no se aprovechó correctamente la ventaja que podía haber supuesto la ocupación del alto de la Peña del Aire. De este modo, el grueso de la tropa asturiana se situó en la margen derecha del río -actual concejo de Candamo- a lo largo del camino que iba desde el puente hasta la población de Cuero. Otro grupo de asturianos se situó entre los castaños de las faldas de la Peña del Aire, cerca de La Campona. En nuestra opinión, este grupo de la margen izquierda del río incluiría a los paisanos de los alrededores, ya que muchos estaban equipados con armas de corto alcance o de cuerpo a cuerpo. Huelga señalar que realmente no podemos saber hasta qué punto hubo una desbandada completa en Grado, o si parte de la tropa del Regimiento de la Princesa o los granaderos de Gijón decidió permanecer a título individual para participar en la defensa.
 
Las fuentes apuntan a que la acción comenzó en torno a las diez de la mañana si bien, tal y como señala J.L. Calvo, algún testimonio adelanta a las ocho el contacto entre ambos bandos. El discurrir de la acción se puede apreciar en el siguiente cuadro:
 
 
Pulsar sobre la imagen para aumentar.
Fuente: Elaboración propia a partir de Grado y su concejo de Fernández
de Miranda y el artículo "Acciones de guerra en el puente de Peñaflor" de
José Luis Calvo Pérez en la web de ARHCA. Foto obtenida de Google Maps.
 

(1) Las tropas asturianas forman dos líneas defensivas: una sobre el camino entre el puente y Cuero; otra en la falda de la Peña del Aire en las proximidades de La Campona.
(2) A las diez de la mañana, el mariscal Ney llega a Peñaflor desde Grado.
(3) El disparo inoportuno de la pieza de artillería del Regimiento de Luarca, situada cerca del puente, desvela la posición asturiana a las tropas francesas.
(4) Las tropas de Ney se cubren con las casas de Peñaflor. El mariscal envía voltigeurs a la margen del río donde, cubiertos entre los nogales y castaños, abren fuego contra los asturianos de la margen derecha.
(5) Los asturianos que estaban ocultos entre los árboles cercanos a La Campona hostigan a las tropas invasoras, recibiendo un duro contraataque.
(6) Ney ordena la toma de la altura de la Peña del Aire, posición desde la cual los franceses eliminan la resistencia asturiana del otro lado del río, infligiendo numerosas bajas y provocando la desbandada general.
(7) Los franceses cruzan el puente y su caballería se lanza a la persecución de las derrotadas tropas asturianas.
 
 
Finalizados los combates, y habiendo hecho prisioneros a muchos de los defensores de Peñaflor, el mariscal Ney hizo que Grado pagase las consecuencias de la osadía asturiana, procediendo al saqueo, pillaje y desmanes propios de la guerra con una población indefensa.
 


FUENTES
 
 
CALVO, J.L.: "Acciones de guerra en el puente de Peñaflor (1809-1810)" en ARHCA
 
FERNÁNDEZ DE MIRANDA, A.: La Historia de una comarca asturiana, Grado y su concejo. Grado. Ayuntamiento de Grado, 1982.
 
LASPRA, A.: "William Parker Carrol en Asturias (1808-1809)" en Actas de las Jornadas de Estudios Locales Grado-Grau, Villa y Alfoz, Grado, 2009, pp. 43-80.
 
LASPRA, A. y O' CONNELL, B.: "In bello fortis": la vida del teniente general irlandés Sir William Parker Carrol (1776-1842). Oviedo. Fundación Gustavo Bueno, 2009.
 
RODRÍGUEZ, J.: La Guerra de la Independencia, los asturianos en el levantamiento contra Napoleón y en la revolución liberal. Oviedo. Editorial Prensa Asturiana, 2009.

jueves, 31 de enero de 2013

Porlier, el marquesito: general, guerrillero y liberal


Juan Díaz Porlier, grabado de J.Cuevas
 
Juan Díaz Porlier fue un general español nacido en Cartagena de Indias en el año 1788. Inicialmente ingresó en la armada, participando en varias acciones en el Caribe y en la batalla de Trafalgar (1805), con tan solo diecisiete años. En 1808, integrado en el Cuerpo de Caballería, alcanzó el grado de coronel. Por aquel entonces formaba parte del Ejército de Extremadura.

Su papel durante la Guerra de la Independencia resultó clave. Tras observar derrotas del ejército regular, tales como la de Espinosa de los Monteros, el joven Porlier decidió pasar a oponer resistencia al ejército francés a través de la acción guerrillera. De este modo, contactó con la Junta del Principado de Asturias para organizar este tipo de lucha en el territorio asturiano dirigiendo una partida de compatriotas, la mayoría antiguos soldados que, como él, decidieron abandonar las acciones regulares. Y lo hizo con tal eficacia que pronto adquirió notable fama, pasando a ser apodado como El Marquesito, debido a que muchos, al parecer inducidos por él mismo, lo consideraban sobrino de Pedro Caro y Sureda, el famoso Marqués de la Romana.

Fue especialmente intensa su actuación en tierras asturianas. El Marquesito supo sacar partido de las excelentes condiciones que otorgaba a la guerrilla la geografía asturiana, causando verdaderos quebraderos de cabeza a las tropas del general Bonet. De su estancia en Asturias, destacan las acciones de su partida guerrillera en la llamada "Línea del Nalón", cuando los franceses ocupaban Oviedo y pretendían avanzar hacia el occidente asturiano; y sus luchas en el alto de El Fresno.

Más tarde fue ascendido a general e intervino en las batallas de Vitoria, San Marcial y Tolosa. Sus méritos le valieron un nuevo ascenso, esta vez a mariscal de campo, así como la capitanía general de La Coruña, en agosto de 1813. Durante el exilio del infame rey Fernando VII, Porlier se identificó con el espíritu liberal reinante bajo la Constitución de 1812. Sin embargo, el retorno del monarca y la reacción absolutista del Manifiesto de los Persas supuso su persecución, junto a otros muchos liberales, siendo encarcelado en el castillo de San Antón (La Coruña) tras un intento frustrado de levantamiento. Finalmente, el 23 de octubre de 1815, y tras huir de su confinamiento, Porlier fue ejecutado por pronunciarse a favor de la Constitución de 1812.



FUENTES


PERAL, D.: "Los orígenes de la Revolución liberal en el Principado (1808-1833)" en BENITO, E. (dir.): Historia de Asturias. Tomo 8. Gijón, Ayalga, 1977

RODRÍGUEZ, J.: La Guerra de la Independencia, los asturianos en el levantamiento contra Napoleón y en la revolución liberal. Oviedo. Editorial Prensa Asturiana, 2009.

El tesoro de Oviedo

viernes, 18 de enero de 2013

William Parker Carrol (II): Un oficial británico en la Guerra de la Independencia española

Viene de William Parker Carrol (I)

Carrol salió de Oviedo rumbo a Tineo junto a Gregorio Jove con el objeto de comprobar la veracidad sobre los rumores que apuntaban a una incursión francesa en el Principado de Asturias. Tras llegar a Grado en la madrugada del 18 de mayo, recibió noticias de la inminente llegada del invasor, el cual se encontraba a la altura de Cornellana. Apreciando que el sistema de alarma asturiano no se había activado, Carrol ordenó repique de campanas.

Ante la crítica situación, Carrol, Jove y los oficiales que se encontraban en Grado se plantearon la posibilidad de resistir ante las tropas francesas y, en tal caso, el lugar idóneo para ello. Existían dos alternativas: el Fresno, posición de altura que permitía controlar la ruta del Camino de Santiago; o bien el puente de Peñaflor, situado en un desfiladero y único paso de la zona para alcanzar Oviedo. Decididos por la segunda opción, se dispusieron unas endebles defensas en torno al puente, contando con una tropa que, según las fuentes, varía entre 300 y 500 defensores (un centenar de ellos paisanos armados) y una pieza de artillería. Poco podían hacer contra una tropa profesional y experimentada, integrada por unos 2.000 soldados de infantería y 300 jinetes. Ver la acción de Peñaflor.


Placa situada en Peñaflor con motivo de los actos del Bicentenario de la Batalla de Peñaflor

 
Ya en Galicia, y tras efectuar una nueva misión de reconocimiento en el Principado de Asturias -a causa de la retirada francesa-, Carrol recibirá su ascenso a coronel y, aún más importante por lo que suponía, el mando del Regimiento Hibernia -el cual estaba integrado en su mayor parte por irlandeses, desde que había sido creado a comienzos del siglo XVIII-.

A partir de entonces, la actividad de Carrol se vuelve, por así decirlo, frenética, y el relato de todas las batallas y acciones en las que participó no se ajusta a los fines de esta entrada. Carrol estuvo integrado en varios ejércitos a lo largo de la Guerra de la Independencia, bajo el mando de distintos generales y al frente de diversas tropas (si bien, la mayor parte de su estancia en España, estuvo al mando del citado Regimiento Hibernia).

No obstante, es preciso señalar algunos de los hechos más importantes. Integrado en el Ejército de la Izquierda, bajo las órdenes del duque del Parque, y aún en 1809, Carrol participó en las batallas de Tamames (18 de octubre), Alba de Tormes (28 de noviembre) y en Medina del Campo (23 de noviembre). También intervino en la campaña de Extremadura, participando en el sitio de Badajoz y en la famosa batalla de Albuera (mayo de 1811).

En 1812, tras una serie de acciones en tierras portuguesas, Carrol se dirigió a la costa cantábrica, entrando en combate en Castro Urdiales, Bilbao, etc. Un año más tarde, intervino en la campaña peninsular del duque de Wellington, participando en el bloqueo de Pamplona. El 25 de diciembre se adentró en territorio francés para participar en el bloqueo de Bayona, ya en 1814. Ese mismo año, obtendrá el grado de mariscal de campo en el ejército español. Recibía así el reconocimiento y la gratitud de la nación española por sus servicios.

Finalizada la campaña peninsular, Carrol regresó a casa, manteniendo un pie en Inglaterra y otro en Irlanda. Por unos años permaneció al margen del ejército, ejerciendo como juez de paz desde 1816. En 1817 se casó con Emma Sophia Sherwell, quien falleció en 1819 durante el parto del segundo hijo de ambos. Posteriormente, ejerció como gobernador de Malta (1822) y Corfú (1829). Falleció en 1842.

 Entre las condecoraciones que obtuvo combatiendo en la península Ibérica cabe destacar: Cruz de la Real y Distinguida Orden de Carlos III; Cruz "Asturias nunca vencida"; medalla británica por la Batalla de Albuera; Cruz "El Rey al Ejército de la Izquierda"; Cruz "El Rey al 7º Ejército"; Medalla "Venció en Tamames"; Medalla "Puente de San Paio"; Medalla "Valor Medina del Campo"; Cruz "Venció en Albuera"; Cruz "Al valor y disciplina en Pamplona y Bayona"; Medalla "Cruz de la Victoria".


FUENTES

LASPRA, A.S: "William Parker Carrol en Asturias (1808-1809)" en Actas de las Jornadas de Estudios Locales Grado-Grau, Villa y Alfoz, Grado, 2009, pp. 43-80.

LASPRA, A. y O' CONNELL, B.: "In bello fortis": la vida del teniente general irlandés Sir William Parker Carrol (1776-1842). Oviedo. Fundación Gustavo Bueno, 2009.

The Carrol Collection: http://www.limerickcivictrust.ie/carrolcollection/cabinet_2.html
 http://berryhillsturgeon.com/NapWar/Generals/Carrol/Carrol.html

Alhucemas: Cómo poner fin a una cadena de errores

    En este vídeo analizamos cómo, en septiembre de 1925, el desembarco de Alhucemas puso fin a una cadena de errores que tuvo su comienzo c...