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miércoles, 25 de noviembre de 2020

La Ofensiva Graziani: Cómo NO gestionar los recursos

Damos comienzo a nuestro canal de Youtube Historia Circular con la Ofensiva Graziani, la primera operación italiana en el norte de África, en el contexto de la Segunda Guerra Mundial.

En este vídeo diseccionamos dicha ofensiva para extraer una serie de conclusiones que sirvan de ayuda a todo aquel que deba gestionar un proyecto, ya sea personal y profesional. Esperamos que os gusten las conclusiones a las que hemos llegado y, sobre todo, ¡que os aporten!

 


 

lunes, 11 de julio de 2016

Hearts of Iron IV: La Segunda Guerra Mundial más viva que nunca



"Un buen plan ejecutado con violencia ahora es mejor que uno perfecto la semana que viene".
-George S. Patton.


¡El más grande ha vuelto! La saga Hearts of Iron vuelve a la carga con una edición novedosa que pone el foco sobre las batallas y libera al jugador de la gestión más profunda. ¿Gran acierto o error fatídico?

Trayectoria de la saga

Hearts of Iron, el buque insignia de la sueca Paradox, nació en 2002. No tardó en enganchar a los apasionados de la Segunda Guerra Mundial, debido a lo profundo y exhaustivo de su planteamiento. Realmente, los gráficos eran lo de menos. Lo mejor era que, tras superar una pronunciada curva de aprendizaje, el videojuego tenía unas posibilidades casi infinitas que le otorgaban horas, horas y más horas de entretenimiento. Le siguieron Hearts of Iron II (2005) y Hearts of Iron III (2009), a mi juicio menos disfrutables que la primera entrega, debido a una complejidad cada vez mayor, que actuaba en detrimento de la libertad de acción del jugador. 



La sencillez es la clave

Tras varios años trabajando en otros proyectos, el equipo de desarrollo ha hecho una nueva apuesta por esta saga, y basta con iniciar la partida para comprobar que muchas cosas han cambiado. Alguien podría decir que es lo mismo de siempre con mejores gráficos, pero sería una afirmación simplista. La clave está en la decisión, por parte de sus desarrolladores, de crear un título mucho más accesible a los jugadores, con el afán, digo yo, de llegar a un público más amplio. Así, se ha simplificado el apartado de gestión de recursos y economía, los árboles tecnológicos son más sencillos y la diplomacia es mucho más aleatoria que en títulos anteriores.



¿Y qué se ha potenciado?

Las batallas terrestres pasan a cobrar un protagonismo casi absoluto, con un sistema de asignación de frentes bélicos a los generales de turno. Gran acierto el de la gestión de aviación y flotas, mucho más práctico que en entregas anteriores, ya que permite al jugador centrar sus esfuerzos en el campo de batalla.



Conclusión

Hearts of Iron IV es un título notable y con grandes aciertos. Destaquemos desde ya su grandísima banda sonora, que contribuye a la inmersión en el mundo de la Segunda Guerra Mundial.

Por otra parte, los seguidores de la saga echarán de menos la labor de documentación de anteriores entregas. En esta versión solamente se incluyen generales históricos de las principales potencias. En más de un sentido, Hearts of Iron IV es demasiado aleatorio y carece de la veracidad histórica de títulos anteriores. ¿Dónde está la fábrica de armas de Trubia? ¿Y CASA o la Hispano-Suiza? Países como España están muy maltratados (En serio, ¿Dolores Ibárruri representada con la fotografía random de un hombre?). Se podría pensar que el título ha salido de la cocina de Paradox antes de tiempo, si bien hay una esperanza en la posibilidad de crear mods, lo que permitirá introducir personajes y eventos históricos a algunos fanáticos que dispongan de mucho tiempo libre.




martes, 23 de junio de 2015

Jerzy Sosnowski: un espía polaco en la Alemania nazi

Jerzy Sosnowski. Fuente: www.jerzysosnowski.info

Jerzy Sosnowski fue uno de los espías más brillantes del periodo de entreguerras. Tras una fulgurante carrera militar como oficial de caballería, Sosnowski se convirtió en agente de la inteligencia militar polaca, siendo destinado a Berlín en los últimos años veinte. No tardaría en integrarse en las altas esferas berlinesas, bajo la falsa identidad del barón Ritter von Nalecz. Sosnowski era un hombre alto, atractivo, gran conversador y, según cuentan, de fría mirada. Hábil en el arte de la seducción, uno de sus romances más destacados fue el que mantuvo con la baronesa Benita von Falkenhayn, la cual accedió a colaborar con él otorgándole valiosos contactos, para pagarlo caro unos años más tarde...

Valiéndose de estas dotes, a Sosnowski no le costó establecer una red de espionaje basada en la seducción y el chantaje. Logró encandilar a Frau Von Natzmer, una secretaria de la sección de proyectos de Guderian (IN6) a la que pudo manipular a su antojo. A través de esta joven, el polaco reclutó a otras secretarias del IN6 que le hicieron llegar más de un centenar de documentos sobre el desarrollo de armas secretas. Según cuenta Richard Bassett, Sosnowski llegó a hacerse con la llave de la caja fuerte de Guderian. No debe extrañarnos que entre estos documentos se encontrasen datos relativos a la táctica de la blitzkrieg que, por aquel entonces, estaba diseñando el brillante militar alemán y que, en 1939, tan buenos resultados le brindaría sobre la llanura polaca.

Guderian, creador de la Blitzkrieg o Guerra relámpago. Fuente: Deutsches Bundesarchiv.

Sin embargo, la traición apareció entre las filas de la inteligencia polaca. El agregado militar de Polonia en Berlín, el subteniente Jozef Gryf-Czajkowski, era un agente doble en nómina de la Abwehr (servicio de inteligencia militar alemán). Cuando éste encontró en la embajada polaca los documentos robados por Sosnowski, raudo y veloz compartió la información con los alemanes. También colaboró con las autoridades alemanas la actriz -y amante despechada de Sosnowski- Maria Kruse.

La actriz y bailarina Lea Niako, cuyo nombre artístico era Maria Kruse.


En febrero de 1934, la Gestapo irrumpía en la vivienda de Sosnowski cuando éste celebraba una fiesta. Al igual que él, fueron detenidas tres de sus amantes: la baronesa von Falkenhayn, von Natzmer e Irene von Jena. Las dos primeras fueron condenadas a muerte y decapitadas en febrero de 1935. Sosnowski, condenado a cadena perpetua, permaneció confinado hasta que en abril de 1936 se le intercambió por tres agentes alemanes en manos de los polacos.

El colofón a su formidable historia lo habrían de poner las autoridades polacas. Lejos de recibirle con honores, creían que los documentos conseguidos por Sosnowski eran demasiado buenos como para ser reales, por lo que fueron desechados. Se le creía un agente doble y, en junio de 1939, fue declarado culpable de traición y colaboración con Alemania. Condenado a quince años de prisión, cuando estaba preparando su apelación estalló la Segunda Guerra Mundial y, desde entonces, su historia se vuelve confusa. Durante la invasión alemana, fue evacuado de la prisión de Varsovia y, de algún modo, cayó en manos del Comisariado del Pueblo para Asuntos Internos (NKVD) soviético. Poco después, se convirtió en uno de sus agentes. De las teorías que existen sobre su muerte, la más probable es aquella que lo sitúa en el alzamiento de Varsovia (del 1 de agosto al 2 de octubre de 1944), donde habría sido ejecutado por la resistencia polaca.




FUENTES



BASSETT, R.: El enigma del almirante Canaris. Barcelona, Altaya, 2007.



miércoles, 25 de junio de 2014

Castillo de Colditz: campo de prisioneros de la Segunda Guerra Mundial


Castillo de Colditz, abril de 1945.


El castillo de Colditz, ubicado en el norte de Sajonia (este de Alemania), es una fortaleza de origen medieval a la que se le dio uso como hospital para enfermos mentales entre 1829 y 1924. Tras la llegada al poder de los nazis, en 1933 se convierte en una prisión para todo tipo de disidentes y perseguidos como comunistas, homosexuales, judíos o gitanos. En 1940, dados los problemas de la Wehrmacht a la hora de custodiar a los prisioneros de guerra, este famoso castillo se convirtió en un campo de alta seguridad. Denominado oficialmente Oflag IV-C, estaba destinado al confinamiento de oficiales aliados y, concretamente, de aquellos que habían intentado fugarse en ocasiones anteriores. Sobre el papel, las características del castillo parecían convertirlo en una prisión imposible de abandonar: muros ciegos de 30 metros de altura, alambradas y proyectores en cada punto estratégico, y un nutrido grupo de guardianes que, superior en número a los prisioneros, hacía guardia por todos los rincones. Estas medidas físicas se complementaban con las de información, contando con informes personalizados de los cautivos y sometiéndoles a vigilancia constante, incluso con micrófonos ocultos; y las psicológicas, limitando el contacto de éstos con sus familiares mediante correo y apoyándose en la baja moral, provocada sobre todo por la claustrofobia.

No obstante, si Colditz había sido pensado como un cesto en el cual introducir todas las manzanas podridas (es decir, a los más osados y veteranos escapistas de la oficialidad aliada), bien es cierto que estos hombres tuvieron ocasión de probar su ingenio. En total, había unos 500 prisioneros. Hasta la liberación, que tuvo lugar el 15 de abril de 1945, se produjeron nada menos que 300 intentos de fuga, de los cuales 32 tuvieron éxito.

Es evidente que, atendiendo a los datos anteriores, Colditz se convirtió en un hervidero de ideas, un lugar donde se trazaron los planes de huida más ingeniosos. La primera fuga la protagonizó el británico Peter Allan, que logró abandonar el castillo en el interior de un colchón a finales de 1940. Sin embargo, días más tarde, cansado y hambriento, acabó entregándose a los alemanes. El 11 de abril de 1941, tendrá lugar la primera fuga exitosa, la del teniente francés Alain Le Ray, que logró descender por un cable de pararrayos. Sus compatriotas no estaban mano sobre mano, sino que habían trabajado ese mismo año en la excavación de un túnel bajo la capilla del castillo. Por desgracia, fueron descubiertos cuando restaban 9 metros para alcanzar el exterior.

Alain Le Ray, el primer fugado de Colditz. Fuente: http://enmemoiredelaresistance.unblog.fr/

Otras fugas fallidas -por destacar algunas- fueron las de los polacos Surmanowicz y Chmiel, que en mayo de 1941 descendieron por los muros del castillo con una cuerda formada por sábanas; y uno de los intentos de Michael Sinclair, que trató de suplantar al sargento Rothenberger, un bigotudo muy parecido físicamente al emperador austrohúngaro Francisco José. Acompañado por otros dos prisioneros disfrazados con uniforme alemán, Sinclair a punto estuvo de engañar a los centinelas, pero para su desgracia el verdadero sargento de los bigotes entró en escena en el peor momento. Sinclair nunca se rindió, hasta que en su noveno intento fue abatido. Tampoco sería exitosa la fuga de Mainesse-Lebrun, quien logró abandonar el castillo con un traje de civil y monóculo, para ser descubierto en la estación de Colditz al pagar con un billete antiguo.

Quizás el caso más llamativo sea el del planeador de Colditz, fabricado por los pilotos de la RAF John William 'Jack' Best y Bill Goldfinch. Estos amigos habían llegado a Colditz tras fugarse de la prisión Stalag Luft III. El 5 de abril de 1943, Best logró abandonar su celda, y desde entonces se convertiría en el fantasma del castillo de Colditz: escondido en el interior del castillo, cobijándose en sus numerosos rincones, pasaría inadvertido hasta el 28 de marzo de 1944. Fue en ese tiempo cuando Best comenzó a trabajar en su planeador, en una de las torres del castillo. Hubo de ayudar a su amigo Goldfinch a escapar de su celda, para contar con ayuda en su ardua tarea, utilizando como materiales barrotes de las ventanas, madera del mobiliario y un fonógrafo.

Réplica del planeador, Imperial War Museum.

Sin embargo, el proyecto se alargó en exceso, por lo que la liberación por parte de tropas aliadas impidió poner en práctica el invento, si bien podemos imaginar la sorpresa de los libertadores al encontrarse el planeador en el interior del castillo: un aparato de seis metros de largo por diez de envergadura, que pesaba más de 100 Kg. Se ignora qué fue del planeador, ya que la zona quedó bajo control de la Unión Soviética que, por cierto, continuó utilizando el castillo como prisión para alemanes y disidentes durante un tiempo.




FUENTES


CASANOVA, F.: "La fuga de Colditz", en Blog Historias de nuestra Historia.

FONT, L.: "La fuga más disparatada de Colditz, el planeador que nunca llegó a usarse", en www.1001experiencias.com.

"El planeador de Colditz", en Blog La Escalera de Iakob.

"Fuga de Colditz (8): Peter Allan y su colchón", en www.historiassegundaguerramundial.com.

"El fantasma del castillo de Colditz", en www.anfrix.com.

jueves, 15 de mayo de 2014

El Pacto Ibérico (1942): Franco y Salazar ante la Segunda Guerra Mundial


Serrano Suñer, Franco y Salazar, en el encuentro de Sevilla de 1942. Fuente: ABC.

En marzo de 1939, los representantes de Portugal y la España de Franco firmaban el Tratado de Amistad y No Agresión, en plena escalada de tensión internacional y ante un futuro incierto marcado por numerosos interrogantes que podrían llevar a un nuevo conflicto en la Península Ibérica.

Las relaciones entre España y Portugal habían pasado por una mala etapa durante la II República, debido al antagonismo existente entre el modelo de república burguesa y democrática y el dictatorial Estado Novo portugués. De ahí la ayuda logística, diplomática y militar -envío de los "viriatos"- prestada por el país luso al bando nacional durante la Guerra Civil. Sin embargo, a comienzos de 1939, los recelos parecían aumentar por ambas partes. Desde Lisboa se comenzó a percibir los peligros de la afinidad de la España franquista con Alemania e Italia, países con los que además había contraído una importante deuda durante el conflicto fratricida. Eso por no mencionar el discurso imperialista del ideario falangista, que fijaba su ambición hacia Portugal, Gibraltar y el norte de África. En cambio, desde Madrid se desconfiaba de la tradicional alianza luso-británica, que amenazaba el costado español en el supuesto de un conflicto internacional cuando todavía no había finalizado la Guerra Civil.

Dos figuras fueron fundamentales en la antesala del Tratado: Nicolás Franco, hermano del dictador; y Pedro Teotónio Pereira, hombre de confianza de António de Oliveira Salazar. Desde 1938, ambos prepararon el terreno para el acuerdo con las negociaciones de Burgos y Monte Caramelo (1). En marzo de 1939 se firmaba el Tratado, al que siguió su Protocolo Adicional de julio de 1940, con los cuales ambas partes trataban de neutralizarse como amenaza. Como diría H. de la Torre, la apuesta salazarista se basó en  "neutralizar el espacio peninsular" (2).


Gómez-Jordana, ministro de Asuntos Exteriores
entre 1942 y 1944.

 No obstante, estos acuerdos no impidieron que España estuviese a punto de entrar en guerra junto a Alemania e Italia. Es bien sabida la actitud inicial del régimen franquista durante la Segunda Guerra Mundial, claramente proeje, y el hecho de que permaneciese fuera de la conflagración mundial debe achacarse más bien a la actitud de Alemania. Sin embargo, la prolongación del conflicto y los reveses sufridos por el Eje llevaron a España a una actitud más cautelosa. En el marco de una nueva estrategia de aproximación a los Aliados y reafirmación de su neutralidad, las autoridades españolas vieron en Portugal una vía de comunicación con las potencias aliadas. Todo ello culminó en el encuentro de Franco y Salazar en Sevilla, en febrero de 1942. Tras el nombramiento del proaliado Francisco Gómez-Jordana Sousa como ministro de Asuntos Exteriores, en diciembre se creó el Bloque Ibérico. Si Portugal firmaba el nuevo acuerdo con el visto bueno de Gran Bretaña, no es menos cierto que Franco sabía que Churchill no sería excesivamente duro con un régimen anticomunista como el suyo. En definitiva, el Pacto Ibérico aseguró las fronteras de la Península Ibérica, e influyó en el mantenimiento de ambos países fuera de la conflagración mundial. No obstante, hubo otros factores determinantes que mantuvieron a España fuera de la Segunda Guerra Mundial.

El Pacto Ibérico resultó beneficioso para España una vez finalizada la Segunda Guerra Mundial. Portugal, valiéndose de su influencia internacional, otorgará un importante apoyo diplomático a una España repudiada internacionalmente. Para H. de la Torre, a pesar de haber surgido en un contexto de tensión, el tratado debe insertarse en una fase de buena voluntad entre Portugal y España para poner fin a su tradicional distanciamiento (3). La Revolución de los Claveles de 1974 pondría fin al Pacto Ibérico, si bien en 1977 se firmó el Tratado de Amistad y Cooperación.


(1) CARCEDO, D.: "Franco y Portugal. Treinta años de relaciones entre dos dictaduras" en Historia y Vida, nº471, p.73.
(2) TORRE, H. de la: "La relación hispano-portuguesa en el siglo XX" en TUSELL, J. y AVILÉS, J.: La política exterior de España en el siglo XX. Madrid, Biblioteca Nueva, 2000, p.170.
(3) Ídem, p.172.


FUENTES


CARCEDO, D.: "Franco y Portugal. Treinta años de relaciones entre dos dictaduras" en Historia y Vida, nº471, pp.70-79.

TORRE, H. de la: "La relación hispano-portuguesa en el siglo XX" en TUSELL, J. y AVILÉS, J.: La política exterior de España en el siglo XX. Madrid, Biblioteca Nueva, 2000, pp.159-186.


miércoles, 30 de abril de 2014

Listado de películas de la Segunda Guerra Mundial (III): Cine sobre el Holocausto




Lo prometido es deuda. Esta vez le corresponde el turno a una temática que ha dado grandes clásicos a la Historia del Cine, quizás porque exige un gran respeto a la hora de aproximarse a ella. Recogemos los títulos más destacados, y como en anteriores listados de películas, os animamos a aportar vuestras ideas y opiniones en comentarios.

-El diario de Ana Frank (George Stevens, 1959). Basada en el famoso diario de la niña judía Annelies Marie Frank Hollander, conocida como Ana Frank.

-Desnudo entre lobos (Frank Beyer, 1963). Película producida en Alemania del Este, donde se narra la historia de un niño que llega al campo de concentración de Auschwitz dentro de una maleta.

-El prestamista (Sidney Lumet, 1964). Primera película estadounidense que aborda el Holocausto desde la perspectiva de un superviviente. El gran Sidney Lumet dirige esta película sobre Sol Nazerman (Rod Steiger), un prestamista judío que ha sobrevivido a un campo de exterminio y convive con la amargura de haber perdido a sus seres queridos: sus dos hijos y su esposa, violada por oficiales nazis antes de morir.


-Holocausto (Marvin J. Chomsky, 1978). Miniserie en la que se refleja la persecución a la que es sometida la familia del doctor Josef Weiss.

-La decisión de Sophie (Alan J. Pakula, 1982). Magnífico drama en el que Meryl Streep encarna a Sophie, una joven emigrante polaca y católica que sobrevivió a Auschwitz y que vive atormentada por su pasado.

-Shoah (Claude Lanzmann, 1985). Documental de más de 9 horas de duración apoyado en el testimonio oral de las personas que sufrieron el Holocausto.

-Europa, Europa (Agnieszka Holland, 1990). Notable película sobre la vida de un joven judío polaco que será reclutado por los nazis, viéndose obligado a ocultar su identidad, para acabar convirtiéndose por casualidad en un héroe del ejército alemán.


-La lista de Shindler (Steven Spielberg, 1993). Una obra maestra, basada en la historia real de Oskar Shindler, el empresario que salvó a 1.200 judíos del Holocausto empleándolas en sus fábricas.

-La vida es bella (Roberto Benigni, 1997). Única, genial, maravillosa de principio a fin. En mi opinión, una de las mejores películas no ya del género, sino de la Historia del cine.

-Ilusiones de un mentiroso (Peter Kassovitz, 1999).

-Lo mejor de nosotros (Jan Hrebejk, 2000).

-El pianista (Roman Polanski, 2002). Una obra notable del controvertido Polanski. Protagonizada por Adrien Brody en el papel de un pianista polaco de origen judío, que se verá obligado a vivir en escondrijos para evitar ser capturado por los alemanes.

-Amén (Constantin Costa-Gavras, 2002). Film que versa sobre la controvertida actitud del Vaticano ante el Holocausto judío. Cuenta con críticas notables, centradas en la calidad de su guion así como por sus honesta actitud de denuncia.

-Sin destino (Lajos Koltai, 2005). Relato sobre un joven judio de 14 años que vive en Budapest con su familia, de la cual será separado en 1944 para acabar en los campos de Auschwitz y Buchenwald.

-El libro negro (Paul Verhoeven, 2006). Con aire de telefilm, se trata de una película ágil y muy entretenida, sobre una judía cuya familia fue asesinada. Tras unirse a la resistencia, deberá seducir a un oficial alemán para actuar como espía, entrando en juego sus sentimientos.



-El último tren a Auschwitz (Joseph Vilsmaier, Dana Vávrová, 2006). En abril de 1943 un tren  viaja rumbo a Auschwitz llevando prisioneros a 688 judíos. Algunos intentarán fugarse para evitar el campo de exterminio.

-Los falsificadores (Stefan Ruzowitzky, 2007).  Se narra la historia de un grupo de falsificadores judíos que, cautivos en un campo de concentración, son obligados a falsificar libras esterlinas y dólares americanos. Abre un debate en torno a cómo esos judíos consiguen mejores condiciones de vida con respecto al resto de prisioneros, al tiempo que con su trabajo benefician al III Reich, extenuado económica y materialmente por la guerra.

-Good (Vicente Amorim, 2008). Había que ponerla, pero en mi opinión es una película insípida y agotadora.

-Resistencia (Edward Zwick, 2008). No pasará a la Historia, pero merece un visionado. Además, trata un tema un tanto marginado en el mundo del cine, como es el de la resistencia de los judíos de la Europa oriental.

-El niño con el pijama de rayas (Mark Herman, 2008). Sobrevalorada, un producto muy adornado pero hueco en su interior, cuyo éxito comercial lo interpreto por el bombo publicitario que suelen tener las adaptaciones de bestsellers al cine. El final es forzado y sin sentido. Pura frivolidad.


lunes, 3 de marzo de 2014

Listado de películas sobre la Segunda Guerra Mundial (II): cine bélico



-Stalingrado (Joseph Vilsmaier, 1993). Quizás su mayor virtud resida en ser una película alemana, lo que le brinda un punto de partida más propenso a la empatía con esos pobres diablos que combatieron por Alemania y que, aunque cada vez menos, suelen ser presentados de un modo deshumanizado -o abstracto en el mejor de los casos- en el cine extranjero.

-El paciente inglés (Anthony Minghella, 1996).

-Salvar al soldado Ryan (Steven Spielberg, 1998).Una película apabullante y un claro referente del género. No hay idealización de la guerra, sino realidad pura y dura. Spielberg no se conforma con contar una historia, sino que introduce al espectador en el film, ya sea en una lancha de desembarco en la que se masca la tensión previa al combate; en ese campo de muerte en el que se convierte la playa de Omaha; o en la compañía de un pelotón de rescate que comparte con nosotros sus preocupaciones y dilemas: ¿Es justo que desde un despacho alejado de la guerra se decida arriesgar la vida de ocho soldados para salvar a uno? Un film sencillamente espectacular.

-La delgada línea roja (Terrence Malick, 1998). Película que hubiera sido brillante si finalizase en un punto álgido que tiene lugar, más o menos, media hora antes de su final.

-U-571 (Jonathan Mostow, 2000). Perteneciente al subgénero de submarinos, es un film convencional y notablemente inferior a Das Boot, pero más atractivo para el espectador casual ávido de entretenimiento.

-Charlotte Gray (Gillian Armstrong, 2001).

-Enemigo a las puertas (Jean-Jacques Annaud, 2001). Ambientada en la batalla de Stalingrado, recrea el duelo que, en teoría, protagonizaron los francotiradores Vasili Zaitsev y Heinz Thorvald. Brillante arranque, ambientando magistralmente la precaria realidad de los soldados soviéticos en el momento de la lucha.

-Pearl Harbor (Michael Bay, 2001). No sabría decir si es la película bélica más floja del siglo, o el dramón romántico mejor ambientado de todos los tiempos. Excesiva en todos los sentidos, sobre todo en lo que a duración se refiere.

-La mandolina del capitán Corelli (John Madden, 2001).

-Windtalkers (John Woo, 2002).

-La guerra de Hart (Gregory Hoblit, 2002). 

-El hundimiento (Oliver Hirschbiegel, 2004). Film que retrata con rigor los últimos días de Hitler en su bunker del Berlín asediado por las tropas soviéticas.

-Banderas de nuestros padres y Cartas desde Iwo Jima (Clint Eastwood, 2006) son las dos caras de una misma moneda. En ambas se trata la batalla de Iwo Jima, asumiendo el punto de vista estadounidense y japonés respectivamente. En mi opinión, el guión de la segunda es bastante superior.

-Valkiria (Bryan Singer, 2008). A mi juicio nos encontramos ante una película infravalorada. Es cierto que en ocasiones se ve falta de espectacularidad, quizás por no contar con un presupuesto desorbitado. Pero es un film de factura notable, con una trama bien desarrollada que se sigue con interés.


-Maditos bastardos (Quentin Tarantino, 2009). Revisión tarantiniana del género bélico ambientado en la Segunda Guerra Mundial, combinando el estilo de los clásicos con su sello personal. De histórica tiene poco, pero la ambientación es sublime y, como todas las películas del director, cuenta con grandísimos personajes como el coronel nazi Hans Landa, carismático y abominable a partes iguales.

-Silencio en la nieve (Gerardo Herrero, 2011). No es una película bélica, sino un thriller protagonizado por el soldado Andrade, encargado de investigar una serie de asesinatos entre los combatientes de la División Azul. Un film correcto y valiente, pero demasiado sobrio y, quizás, tan frío como su ambientación.



-Monuments men (George Clooney, 2014). Un grupo de historiadores y expertos en arte recibe la misión de recuperar las obras de arte robadas por los nazis, para devolverlas a sus legítimos propietarios.


lunes, 24 de febrero de 2014

Listado de películas sobre la Segunda Guerra Mundial (I): cine bélico



Es tal la infinidad de películas, series y documentales basados en la II Guerra Mundial, que sería imposible recogerlos todos. Es por este motivo que en esta y siguientes entradas vamos a anotar los clásicos, en especial los pertenecientes al género bélico, aunque también algún drama y thriller. Por ello, series y películas centradas en otros grandes subgéneros -como el Holocausto- serán tratadas más adelante.

-El gran dictador (Charles Chaplin, 1940).

-Casablanca (Michael Curtiz, 1942). Drama ambientado en la ciudad marroquí que le da título, un lugar donde convergen todo tipo de huidos del nazismo. Establecido en ese lugar de paso, Rick, propietario del Rick's Café, se reencontrará con Ilsa -su antigua amante- y su marido, Victor Laszlo, líder de la resistencia checa y perseguido por la Gestapo.

-Días de gloria (Jacques Tourneur, 1944). 

-Objetivo: Birmania (Raoul Walsh, 1945). Notable película, realizada durante la II Guerra Mundial y de carácter propagandístico.

-Roma, ciudad abierta (Roberto Rossellini, 1945).

-Rommel, el zorro del desierto (Henry Hathaway, 1951). Film correcto, curioso si tenemos en cuenta que se trata de uno de los primeros biopics de la Segunda Guerra Mundial y, para más señas, estadounidense. En él se recoge la última fase vital de Erwin Rommel (James Mason), desde su desengaño con Hitler hasta su implicación en el complot del 20 de julio de 1944 (cuestión que todavía en nuestro tiempo es fruto de debate).

-Las ratas del desierto (Robert Wise, 1953).

-De aquí a la eternidad (Fred Zinnemann, 1953). Un clásico de vidas entrecruzadas, ubicado en Hawai a finales de 1941.

-Embajadores en el infierno (José María Forqué, 1956). Película sobre los prisioneros de la División Azul en la Unión Soviética en los años que siguen a la Segunda Guerra Mundial. Basada en el libro homónimo del Capitán Palacios, se trata de un producto típico del cine franquista, claramente apologético y propagandístico, donde se ensalza el ideario falangista de unos hombres impasibles ante la crueldad de sus demonizados guardianes soviéticos.

-El puente sobre el río Kwai (David Lean, 1957). Magnífica historia sobre un puente levantado por prisioneros británicos en el río Kwai (Tailandia) y de un grupo de comandos encargado de volarlo.

-Los cañones de Navarone (J. Lee Thompson, 1961). Cine bélico puro y duro. Un comando británico debe acabar con la fortaleza de Navarone, escollo para las operaciones navales aliadas en el Egeo.

-El día más largo (Ken Annakin, Andrew Marton y Bernhard Wicki, 1962).

-La gran evasión (John Sturges, 1963). Un clásico en toda regla, basado en la historia real de seiscientos soldados y oficiales aliados que prepararon su fuga de un campo de prisioneros nazi. Muy entretenida.

-El tren (John Frankenheimer, 1964).  Brillante película que abre un debate entre el valor de la vida humana y el arte como patrimonio de la humanidad. Una película honesta y que dignifica a la clase trabajadora, personificada en esos maquinistas franceses que sacrifican sus vidas por unas pinturas que no comprenden.

-La noche de los generales (Anatole Litvak, 1966). Thriller ambientado en la II Guerra Mundial, con un brillante Peter O'Toole, cuya interpretación es la mitad de la película. Muy interesante.


-Doce del patíbulo (Robert Aldrich, 1967). Buen reparto y una historia original: el indisciplinado comandante Reisman deberá infiltrarse en territorio enemigo para asaltar una fortaleza donde se hospedan altos cargos nazis. Para ello contará con la ayuda de doce presidiarios, a los que previamente deberá adiestrar.

-El desafío de las águilas (Brian G. Hutton, 1968). Un clásico. Entretenido film sobre un comando encargado de rescatar a un general prisionero de los alemanes.

-La batalla de Berlín (Liberación) (Yuri Ozerov y Julius Kun, 1969).

-La batalla de Inglaterra (Guy Hamilton, 1969).

-Tora! Tora! Tora! (Richard Fleischer, Kinji Fukasaku y Toshio Masuda, 1970). Milimétrica recreación del ataque sorpresa japonés contra Pearl Harbor.

-Patton (Franklin J. Schaffner, 1970). Interesante biografía de George S. Patton.

-Los violentos de Kelly (Brian G. Hutton, 1970). Genial, divertida y plagada de personajes memorables, como Oddball (Donald Sutherland). Su profunda ironía la convierte en una sátira de la II Guerra Mundial.

-Un puente lejano (Richard Attenborough, 1977).

-La cruz de hierro (Sam Peckinpah, 1977). Grandiosa película, una de las mejores sobre el conflicto. Cuenta con la originalidad de centrarse en los soldados alemanes que combaten a la defensiva en la península de Crimea contra las tropas soviéticas, lo cual no es frecuente tratándose de una producción británica. Peckinpah imprime su sello personal, tanto en las muertes a cámara lenta como en su habitual toque crepuscular. A destacar el antagonismo entre el sargento Steiner y el vanidoso capitán Stransky. El primero, un hombre que solo sirve para luchar en el fango. El segundo, un aristócrata prusiano vanidoso y cobarde que solo quiere conseguir la medallita que da nombre al film.

-Das Boot (Wolfgang Petersen, 1981). Magistral y claustrofóbica película que narra la historia de la tripulación de un submarino alemán. Un claro referente del subgénero, y nunca mejor dicho, de submarinos. No obstante, abstenerse aquellos que busquen un film comercial y de puro entretenimiento.


-Evasión o victoria (John Huston, 1981). Película correcta, que pretende seguir la estela de La gran evasión. Cuanto menos, entretenida. Basada en la historia del FC Start, si bien la ambientación en un campo de prisioneros fue cosa del guión.

-Masacre: ven y mira (Elem Klimov, 1985).

-Los panzers de la muerte (Gordon Hessler, 1987). Película basada en los escritos de Sven Hassel. Pasable entretenimiento.

-El imperio del sol (Steven Spielberg, 1987). Es una película bonita, aunque narra una historia dura, la de un niño (Christian Bale) de clase alta al que la guerra separa de sus padres.

-La tumba de las luciérnagas (Isao Takahata, 1988). Película de animación, que narra la historia de los hijos de un oficial de la marina japonesa.


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Listado de películas sobre la Segunda Guerra Mundial (III): cine sobre el Holocausto

martes, 7 de enero de 2014

El FC Start: El equipo de fútbol que prefirió morir a dejarse ganar

La Segunda Guerra Mundial es un periodo complejo que entraña multitud de historias y anécdotas dignas de escuchar. Si hay una temática histórica que apasiona a buena parte de la sociedad es precisamente la Segunda Guerra Mundial. Para muestra, un botón: visiten cualquier librería, y podrán observar la ingente cantidad de publicaciones, académicas y divulgativas, que tratan sobre la misma desde infinidad de puntos de vista. En definitiva, en tan basto granero de anécdotas, hay lugar para todo y, cómo no, para el heroísmo. Darío Rodríguez nos trae una de esas interesantísimas historias a las que nos referimos, no demasiado conocida, aunque sorprenderá a más de uno saber que inspiró una película tan célebre como Evasión o Victoria.


Darío Rodríguez González
Licenciado en Historia




Hoy toca hablar de fútbol, pero no de un Madrid-Barcelona o un Sporting-Oviedo, sino de un partido jugado en plena II Guerra Mundial, en el cual lo que estaba en juego no eran 3 puntos o un título, sino la vida. 

Corría el año 1941 cuando la ciudad de Kiev fue ocupada por los nazis. Al igual que en otras ciudades dominadas por el ejército alemán, la capital ucraniana se convirtió en un infierno, poblada por cientos de prisioneros de guerra, y entre ellos, Nikolai Trusevich, meses antes portero estrella del Dinamo de Kiev. Un panadero alemán le descubrió y lo rescató, dándole techo, comida y un trabajo en la panadería, pero le encomendó una labor aún más importante, reunir a sus ex-compañeros del Dinamo.

La Historia es digna de película, el portero recorrió lo poco que quedaba de ciudad, y entre heridos y mendigos fue descubriendo, uno a uno, a sus amigos del Dinamo. El panadero les dio trabajo a todos, incluidos tres futbolistas rusos, antes enemigos del Dinamo. En pocas semanas, la panadería escondía entre sus empleados a un equipo completo.

Una vez reunido el equipo, solo quedaba jugar, y fue así como nació el FC Start. Gracias a los contactos de amigos alemanes del panadero, el Start comenzó a jugar contra guarniciones de distintos países. El 7 de junio de 1942, jugaron su primer partido en la liga local. El primer oponente del FC Start fue el Rukh. Pese a su evidente desnutrición y a trabajar sin descanso en la panadería la noche anterior, vencieron por un contundente 7- 2. Su siguiente partido fue contra una selección húngara formada por soldados de este país, y los ‘panaderos’ ganaron 6-2. Luego le metieron 11 goles a un equipo rumano. El gran partido se produjo el 17 de julio cuando se enfrentaron a un equipo del ejército alemán y lo golearon por 6 -0. Muchos nazis empezaron a molestarse por la creciente fama de este grupo de panaderos y le buscaron un rival que pudiera hacerles frente y batirles. Éste fue el MSG húngaro que llegaba con la misión de derrotarlos, pero el FC Start lo apalizó con un humillante 5-1, y más humillante fue aún cuando los húngaros pidieron la revancha y volvieron a perder 3-2.

Los alemanes no podían permitir por más tiempo que un equipo de panaderos se pasease por los terrenos de juego, por lo que prepararon un conjunto con miembros de la Luftwaffe, el denominado Flakelf. Los nazis, una vez más, fracasaron, el Start les aplastó con un 5-3. El equipo de Hitler había caído. Ésta última derrota despertó todas las alarmas entre los alemanes, por lo que los soldados se pusieron a investigar, y descubrieron la ‘trampa del panadero’. Descubierta la tapadera, la orden  fue clara, matarlos a todos, pero antes, debían ganarles, no querían dejar la imagen de asesinos perdedores. La raza aria era superior siempre, y más en el deporte.

El partido se disputaría el 9 de Agosto, en el estadio Zénit de Kiev.  Un oficial de las Waffen-SS fue nombrado árbitro. Antes del choque, entró en el vestuario y dijo en ruso: “soy el árbitro, respeten las reglas y saluden con el brazo en alto”, exigiéndoles que hicieran el saludo nazi.

El  FC Start (Football Club Start) estaba integrado por ocho jugadores del Dinamo Kiev (Mykola Trusevych, Mikhail Svyridovskiy, Mykola Korotkykh, Oleksiy Klimenko, Fedir Tyutchev, Mikhail Putistin, Ivan Kuzmenko y Makar Goncharenko), y tres jugadores del Lokomotiv Kiev (Vladimir Balakin, Vasil Sukharev y Mikhail Mielnizhuk). Una vez saltaron al campo, los futbolistas del Start (camiseta roja y pantalón blanco) alzaron el brazo, pero en el momento del saludo se lo llevaron al pecho y en lugar de decir “!Heil Hitler¡”, gritaron”!Fizculthura¡”, un eslogan soviético que proclamaba la cultura física. Los alemanes (camiseta blanca y pantalón negro) se adelantaron en el marcador, pero el Start logró remontar y al descanso se llegó con un 3-1.

En el descanso se repitieron las visitas, pero esta vez las amenazas por parte de los nazis fueron más duras :“si ganan, no queda nadie vivo”. Los jugadores del Start, aterrados, se plantearon no salir al segundo tiempo. Pero pensaron en sus familias, en los crímenes que se cometían, en lo que ellos habían sufrido, en el riesgo que había corrido el panadero, en la gente sufrida que en las tribunas gritaba por ellos. Y volvieron al césped. La segunda parte fue una oda al fútbol. Como se dice vulgarmente, ‘bailaron a los alemanes’.  En los últimos minutos del partido, cuando el marcador reflejaba un 5-3 a favor del Start, el delantero Klimenko encaró mano a mano al portero, lo regateó con facilidad y elegancia, y cuando quedó solo sin oposición, a escasos centímetros de la portería, dio media vuelta y despejó la pelota hacia medio campo. Fue un gesto de desprecio, de burla, de superioridad total. El estadio se vino abajo. Viendo la humillación que sus compatriotas padecían en el césped, el árbitro decretó el final del partido antes de cumplirse el minuto 90 con el resultado de 5-3.

Al día siguiente en todo Kiev se hablaba del partido, en cualquier rincón se comentaba la hazaña de los ‘panaderos’. Dada la popularidad del encuentro los nazis decidieron dejarles una ‘tregua’. Tal es así que el START, pocos días después, volvió a jugar, y por supuesto ganar, otro partido contra el Rukh, el resultado, 8-0. 

Pero la tregua finalizó, y los nazis acudieron a la panadería. El primero en morir torturado fue Kortkykh. Los demás fueron arrestados y enviados a los campos de concentración de Siretz. Allí mataron brutalmente a Kuzmenko y Klimenko. Se dice que Trusevich, el portero, murió con la camiseta puesta.

Los únicos que corrieron distinta suerte fueron Goncharenko y Sviridovsky, que no estaban en la panadería, por lo que lograron sobrevivir, escondidos, hasta la liberación de Kiev en noviembre del '43. El resto del equipo fue torturado hasta la muerte.

La Historia ha definido este partido como el Partido de la Muerte. A día de hoy, todo aquel que posea una entrada de aquel partido, tiene entrada gratis en el estadio del Dinamo de Kiev. Les torturaron, les mataron, pero su recuerdo aún pervive en la capital ucraniana. Una estatua se erigió en el estadio, recordando a los héroes del START. Los "panaderos" que nadie pudo vencer.


FUENTES



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