Ángel Sanz Briz |
Ángel Sanz Briz (Zaragoza, 1910-Roma, 1980) fue un diplomático español que, al igual que el famoso Oskar Schindler, salvó a muchos judíos de la barbarie nazi. En 1942 fue destinado a la embajada de Budapest, al frente de la cual se encontraba el representante de negocios Miguel Ángel de Muguiro. Por aquel entonces, en plena Segunda Guerra Mundial, la Hungría del almirante Horty era un aliado de Alemania.
En Hungría habitaban en torno a 850.000 judíos. Su situación se volvió acuciante cuando, en marzo de 1944, Hitler ordenó la invasión de Hungría para evitar que sus dirigentes firmasen una paz por separado con los Aliados. Fue entonces cuando llegó a Budapest el siniestro Adolf Eichmann dispuesto a aplicar su solución final contra los judíos del país magiar. Así, comenzó a aplicarse en Hungría un estricto código antisemita, se concentró a los judíos en guetos y se iniciaron las deportaciones hacia los campos de concentración y exterminio de Auschwitz-Birkenau.
Miguel Ángel de Muguiro y Ángel Sanz coincidían al contemplar con pavor la situación del pueblo judío. Fue entonces cuando Muguiro rescató el Decreto de 20 de diciembre de 1924, por el cual se concedía la nacionalidad española a las personas de origen sefardí -descendientes de los judíos expulsados por los Reyes Católicos en 1492- que la solicitasen. Promulgado durante la dictadura de Primo de Rivera, el decreto había sido derogado en 1931 con el advenimiento de la II República. Sin embargo, los alemanes no lo sabían y gracias a esta argucia se salvaron muchas personas:
"En un primer arrojo de gallardía, consiguen visados españoles y enviar a Tánger un cargamento de 500 niños, destinados a la cámara de gas en Polonia." (1)
Este hecho despertó las suspicacias de los alemanes, que lograron la destitución de Muguiro. Quedaba al frente de la embajada Ángel Sanz, cuyas gestiones y peticiones de ayuda al Ministerio de Asuntos Exteriores no recibieron respuesta. Es decir, el Gobierno se mostraba extremadamente ambiguo y prudente, pero le dejaba hacer. A mediados de 1944 ya habían sido deportados 500.000 judíos y Sanz estaba dispuesto a salvar el mayor número de vidas posible. Fue entonces cuando se ganó el apodo de Ángel de Budapest: obtuvo doscientos visados del Gobierno de Hungría para la población española de Hungría. Sin embargo, con estos salvoconductos logró salvar nada menos que a 5.200 judíos, de los cuales sólo 200 eran de origen sefardí. Su genial estratagema, apoyado por el italiano Giorgio Perlasca, consistió en convertir los visados personales en familiares, dividiéndolos en series que permitían aumentar indefinidamente esas "familias". Incluso pagó de su propio bolsillo el alquiler de inmuebles para ocultar a estas personas mientras esperaban su salida de Budapest.
A finales de 1944, dada la proximidad de las tropas soviéticas, Ángel Sanz abandonó la embajada española de Hungría. Sin embargo, su labor tuvo continuidad gracias a su colaborador Perlasca, que se hizo pasar por cónsul español.
La actuación de Sanz no tuvo reconocimiento por parte del Régimen, si bien sus gerifaltes trataron de apuntarse años más tarde los méritos del diplomático afirmando que se le había dado la orden expresa de actuar del modo en que actuó. En 1991, Ángel Sanz Briz fue reconocido por Israel como "Justo entre las Naciones" y, en 1994, por el Gobierno de Hungría con la Gran Cruz de la Orden al Mérito Civil de la República Húngara.
En Hungría habitaban en torno a 850.000 judíos. Su situación se volvió acuciante cuando, en marzo de 1944, Hitler ordenó la invasión de Hungría para evitar que sus dirigentes firmasen una paz por separado con los Aliados. Fue entonces cuando llegó a Budapest el siniestro Adolf Eichmann dispuesto a aplicar su solución final contra los judíos del país magiar. Así, comenzó a aplicarse en Hungría un estricto código antisemita, se concentró a los judíos en guetos y se iniciaron las deportaciones hacia los campos de concentración y exterminio de Auschwitz-Birkenau.
Miguel Ángel de Muguiro |
Miguel Ángel de Muguiro y Ángel Sanz coincidían al contemplar con pavor la situación del pueblo judío. Fue entonces cuando Muguiro rescató el Decreto de 20 de diciembre de 1924, por el cual se concedía la nacionalidad española a las personas de origen sefardí -descendientes de los judíos expulsados por los Reyes Católicos en 1492- que la solicitasen. Promulgado durante la dictadura de Primo de Rivera, el decreto había sido derogado en 1931 con el advenimiento de la II República. Sin embargo, los alemanes no lo sabían y gracias a esta argucia se salvaron muchas personas:
"En un primer arrojo de gallardía, consiguen visados españoles y enviar a Tánger un cargamento de 500 niños, destinados a la cámara de gas en Polonia." (1)
Este hecho despertó las suspicacias de los alemanes, que lograron la destitución de Muguiro. Quedaba al frente de la embajada Ángel Sanz, cuyas gestiones y peticiones de ayuda al Ministerio de Asuntos Exteriores no recibieron respuesta. Es decir, el Gobierno se mostraba extremadamente ambiguo y prudente, pero le dejaba hacer. A mediados de 1944 ya habían sido deportados 500.000 judíos y Sanz estaba dispuesto a salvar el mayor número de vidas posible. Fue entonces cuando se ganó el apodo de Ángel de Budapest: obtuvo doscientos visados del Gobierno de Hungría para la población española de Hungría. Sin embargo, con estos salvoconductos logró salvar nada menos que a 5.200 judíos, de los cuales sólo 200 eran de origen sefardí. Su genial estratagema, apoyado por el italiano Giorgio Perlasca, consistió en convertir los visados personales en familiares, dividiéndolos en series que permitían aumentar indefinidamente esas "familias". Incluso pagó de su propio bolsillo el alquiler de inmuebles para ocultar a estas personas mientras esperaban su salida de Budapest.
A finales de 1944, dada la proximidad de las tropas soviéticas, Ángel Sanz abandonó la embajada española de Hungría. Sin embargo, su labor tuvo continuidad gracias a su colaborador Perlasca, que se hizo pasar por cónsul español.
La actuación de Sanz no tuvo reconocimiento por parte del Régimen, si bien sus gerifaltes trataron de apuntarse años más tarde los méritos del diplomático afirmando que se le había dado la orden expresa de actuar del modo en que actuó. En 1991, Ángel Sanz Briz fue reconocido por Israel como "Justo entre las Naciones" y, en 1994, por el Gobierno de Hungría con la Gran Cruz de la Orden al Mérito Civil de la República Húngara.
(1) CLAROS PARRA, Sandra.
FUENTES
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