Skorzeny posa junto a Mussolini tras su liberación, 1943. Fuente: Bundesarchiv |
Otto Skorzeny retrató su vida hasta 1948 -año en el que abandona su celda de Núremberg- en sus memorias Vive peligrosamente y Luchamos y perdimos. Nacido en Viena, en 1908, en el seno de una familia burguesa. En su juventud decidió seguir los pasos de su padre, ingresando en la Universidad de Viena para estudiar ingeniería. Allí comenzó a participar en duelos de espadas, actividad que le valió las cicatrices de su mejilla izquierda, ganándose el apodo por la prensa, años más tarde, como Scarface.
Ideológicamente, habiendo crecido en un ambiente muy nacionalista, comulgó pronto con el nazismo y la tesis de unificación entre Alemania y Austria. De hecho, ya en 1932, Skorzeny acudió a un acto del partido nazi en Viena, afiliándose tanto al partido como a las SS. En Vive peligrosamente se atribuye un papel importante en la caída del gobierno durante el Anschluss de 1938, al encargársele la vigilancia del depuesto presidente Miklas.
En 1939, Skorzeny trabajaba como ingeniero. Tras el estallido de la guerra, se enroló en las Waffen SS, participando en las campañas de Francia, Yugoslavia y Rusia, tal y como narra en sus memorias, plagadas de hechos pintorescos como su ejecución de un tigre en Burdeos. Para muchos estudiosos, estas memorias presentan inexactitudes y exageraciones que buscarían elevar su figura y la del nacionalsocialismo, considerando incluso que se trata de una invención en toda regla.
En 1939, Skorzeny trabajaba como ingeniero. Tras el estallido de la guerra, se enroló en las Waffen SS, participando en las campañas de Francia, Yugoslavia y Rusia, tal y como narra en sus memorias, plagadas de hechos pintorescos como su ejecución de un tigre en Burdeos. Para muchos estudiosos, estas memorias presentan inexactitudes y exageraciones que buscarían elevar su figura y la del nacionalsocialismo, considerando incluso que se trata de una invención en toda regla.
En 1943, el coronel Skorzeny recibe el mando de una unidad especial de las SS encargada de desarrollar acciones tras las líneas enemigas. Fue al frente de dicho comando cuando le llegó una misión directa de Hitler que acabó haciéndole famoso: el rescate de Benito Mussolini, confinado en un hotel en los Apeninos. El 12 de septiembre de 1943, tras una exhaustiva planificación, varios planeadores alemanes aterrizaron en el Gran Sasso, valle en el que estaba situado el hotel de montaña donde se encontraba retenido el Duce. Los soldados italianos, sorprendidos por la situación, no opusieron resistencia. El comando alemán, con Skorzeny a la cabeza, consiguió entrar en el hotel sin abrir fuego:
"Los carabinieri se apretujaron en la puerta. A culatazos, que no tenían nada de suaves, conseguí abrirme paso entre ellos".
Seguidamente, Skorzeny se dirigió al piso superior, donde encontró a Mussolini en una habitación, con dos oficiales italianos "a los que me apresuré a aplastar contra la puerta". Los soldados italianos, encontrándose en una situación inesperada, no supieron reaccionar ante los alemanes. Su coronel decidió rendirse entregando a Skorzeny una botella de vino tinto mientras decía "al vencedor". Finalmente, Skorzeny consiguió huir junto con Mussolini en un Fi 156 Storch. Parece ser que fue polémica la cuestión en torno a la marcha de Skorzeny en aquel avión. Muchos de sus hombres, no pertenecientes a las SS, interpretaron esta acción como un intento de éstas -y de Skorzeny en particular, el cual ansiaba la Cruz de Hierro- por apuntarse el éxito de la misión. Y así se encargó de presentarlo ante Alemania y el mundo entero la propaganda del III Reich.
Otra de sus principales misiones fue la Operación Greif, al comienzo de la ofensiva de las Ardenas, en diciembre de 1944. Disfrazados de soldados americanos, sus hombres cruzaron las líneas enemigas para sembrar la confusión entre las tropas estadounidenses. Aunque tuvieron cierto éxito, muchos fueron capturados y ejecutados acusados de espionaje.
"Los carabinieri se apretujaron en la puerta. A culatazos, que no tenían nada de suaves, conseguí abrirme paso entre ellos".
Seguidamente, Skorzeny se dirigió al piso superior, donde encontró a Mussolini en una habitación, con dos oficiales italianos "a los que me apresuré a aplastar contra la puerta". Los soldados italianos, encontrándose en una situación inesperada, no supieron reaccionar ante los alemanes. Su coronel decidió rendirse entregando a Skorzeny una botella de vino tinto mientras decía "al vencedor". Finalmente, Skorzeny consiguió huir junto con Mussolini en un Fi 156 Storch. Parece ser que fue polémica la cuestión en torno a la marcha de Skorzeny en aquel avión. Muchos de sus hombres, no pertenecientes a las SS, interpretaron esta acción como un intento de éstas -y de Skorzeny en particular, el cual ansiaba la Cruz de Hierro- por apuntarse el éxito de la misión. Y así se encargó de presentarlo ante Alemania y el mundo entero la propaganda del III Reich.
Otra de sus principales misiones fue la Operación Greif, al comienzo de la ofensiva de las Ardenas, en diciembre de 1944. Disfrazados de soldados americanos, sus hombres cruzaron las líneas enemigas para sembrar la confusión entre las tropas estadounidenses. Aunque tuvieron cierto éxito, muchos fueron capturados y ejecutados acusados de espionaje.
En mayo de 1945, Skorzeny se entregó a los americanos. En los juicios de Núremberg fue declarado inocente del cargo de haber ordenado a su hombres el uso de uniformes americanos. No obstante, fue internado en un campo de desnazificación hasta que logró evadirse en 1948. Fue entonces cuando se estableció en España, amparado por el régimen franquista, donde retomó su profesión de ingeniero estableciendo una oficina y participando en la industria del acero representando a compañías alemanas y austriacas.
En España estableció negocios y buenas relaciones con gente bien posicionada: personas del Régimen, militares, diplomáticos, ... Su prestigio le precedía y le abrió puertas. Estuvo muy implicado en la organización secreta Odessa, desde la cual ayudó a muchos camaradas nazis a huir a España y Sudamérica. También participó en tráfico de armas a medio mundo. Firme en sus posicionamientos ideológicos, trató de que el clima de Guerra Fría convergiese con su anticomunismo, proponiendo a las autoridades españolas la creación de una unidad alemana de cara a la Tercera Guerra Mundial:
"En lo político destaca el plan de Skorzeny, expuesto a Franco, Muñoz Grandes, al jefe del Estado Mayor Juan Vigón, al canciller Konrad Adenauer y a los ex generales de la Wehrmacht Hans Speidel, Heinz Guderian y Hans von Manteuffel, entre otros, de organizar en España un ejército alemán capaz de contraatacar en la esperada tercera guerra mundial. Mencionado en la ficha que de Skorzeny hay en el archivo de los servicios secretos alemanes (BND) como "Legión Carlos V", este plan ya era conocido por los historiadores." (1)
Astuto, polémico, temerario, fanático... la figura de Skorzeny sigue resultando polémica y causando la división de opiniones. Para algunos, fue un héroe. Para otros, un hombre idealizado a raíz de una acción fortuita de la que supo sacar tajada. En el mundo castrense, muchos rechazan su trayectoria, más propia de un matón sin escrúpulos que de un verdadero oficial. Skorzeny murió en 1975, pero las sombras sobre su figura no se han desvanecido.
(1) La Vanguardia, 08/11/2012, "Un nazi en la España de Franco". Rafael Poch.
FUENTES
SKORZENY, O.: Vive peligrosamente. Memorias de guerra. Altaya, 2007.
SKORZENY, O.: Luchamos y perdimos. Memorias de guerra. Altaya, 2008.
La Vanguardia, 08/11/2012, "Un nazi en la España de Franco". Rafael Poch.
Documental: Los héroes de Hitler: Otto Skorzeny.
PROCEDENCIA DE LA IMAGEN
Bundesarchiv, Bild 101I-567-1503C-15 / Toni Schneiders / CC-BY-SA
No hay comentarios:
Publicar un comentario