Adolf Galland (izquierda) con el marsical de campo Richthofen, en tiempos de la Legión Cóndor. Fuente: Bundesarchiv, Bild 101I-452-0985-36/ Briecke/ CC-BY-SA |
Dentro del gran campo de pruebas que fue España durante su guerra civil,
Asturias tuvo el dudoso honor de convertirse en el primer lugar del
mundo donde se puso en práctica el bombardeo en alfombra, tipo de ataque
aéreo que sería clave durante la Segunda Guerra Mundial y empleado
tanto por el Eje como por los Aliados, dejando gran número de víctimas civiles y causando la destrucción de ciudades como Dresde. Para conocer mejor esta cuestión, hemos recuperado un fragmento de las memorias de Adolf Galland, uno de los mayores ases de la aviación alemana que, integrado en la Legión Cóndor, participó en los bombardeos contra las posiciones asturianas en un Heinkel He-51:
" [...] en los ataques que librábamos contra las posiciones montañosas de Oviedo, ensayamos por primera vez algo así como el bombardeo "en alfombra" que habría de emplearse en la Segunda Guerra Mundial. [...]
Los "dinamiteros", según se llamaba a los mineros asturianos que integraban la mayoría de las tropas rojas en Oviedo, eran artistas consumados como zapadores. Con las mismas herramientas que anteriormente utilizaban para su labor pacífica, habían creado, en las salvajes anfractuosidades de aquellas sierras, verdaderas obras maestras de fortificaciones, trincheras, casamatas y nidos de ametralladoras. Una altura defendida por semejante sistema de posiciones y una tropa decidida, podían llegar a ser inexpugnables para los medios que en aquel tiempo se disponía. [...] Incluso nosotros, los aviadores de ataque, poco podíamos contra ellas. Si atacábamos, los rojos se echaban a tierra y nuestras bombas, arrojadas una a una y al azar, estallaban sin causar mayores efectos.
Esto nos sugirió la idea de intentar lanzamientos en masa. Nos acercábamos a las posiciones desde atrás, por entre los precipicios en formación cerrada y a escasa altura, y atacábamos la cima en vuelo rasante. A una señal dada, lanzábamos las bombas a un mismo tiempo y aquellos regueros producían efectos concentrados. [...]
También inventaron mis mecánicos una especie de bomba Napalm rudimentaria. Montaron sobre un recipiente lleno de gasolina o de una mezcla de ésta con aceite usado de motores, una bomba incendiaria y otra de fragmentación, que tras el impacto incendiaban y desparramaban el contenido. Aquellos artefactos eran muy rudimentarios, pero no dejaron de surtir sus efectos. Paso a paso fuimos reuniendo experiencia; practicamos por iniciativa propia todo género de mejoras y enviamos voluminosos informes a Berlín."
Cuando Adolf Galland se refiere a Oviedo, en realidad pretende aludir al conjunto de Asturias (la capital, de hecho, estaba controlada por el bando golpista). De este modo, las montañas de Oviedo no son otras que las del oriente asturiano, concretamente la sierra del Cuera, donde tuvo lugar la sangrienta batalla del Mazucu entre los días 5 y 20 de septiembre de 1937 y durante la cual el apoyo de la aviación alemana resultó fundamental para el avance de las tropas nacionales.
FUENTES
GALLAND, Adolf: Memorias. Los primeros y los últimos. Madrid, Altaya, 2008, págs. 61-63.
El Comercio. Crónicas de la guerra civil de Asturias.
" [...] en los ataques que librábamos contra las posiciones montañosas de Oviedo, ensayamos por primera vez algo así como el bombardeo "en alfombra" que habría de emplearse en la Segunda Guerra Mundial. [...]
Los "dinamiteros", según se llamaba a los mineros asturianos que integraban la mayoría de las tropas rojas en Oviedo, eran artistas consumados como zapadores. Con las mismas herramientas que anteriormente utilizaban para su labor pacífica, habían creado, en las salvajes anfractuosidades de aquellas sierras, verdaderas obras maestras de fortificaciones, trincheras, casamatas y nidos de ametralladoras. Una altura defendida por semejante sistema de posiciones y una tropa decidida, podían llegar a ser inexpugnables para los medios que en aquel tiempo se disponía. [...] Incluso nosotros, los aviadores de ataque, poco podíamos contra ellas. Si atacábamos, los rojos se echaban a tierra y nuestras bombas, arrojadas una a una y al azar, estallaban sin causar mayores efectos.
Esto nos sugirió la idea de intentar lanzamientos en masa. Nos acercábamos a las posiciones desde atrás, por entre los precipicios en formación cerrada y a escasa altura, y atacábamos la cima en vuelo rasante. A una señal dada, lanzábamos las bombas a un mismo tiempo y aquellos regueros producían efectos concentrados. [...]
También inventaron mis mecánicos una especie de bomba Napalm rudimentaria. Montaron sobre un recipiente lleno de gasolina o de una mezcla de ésta con aceite usado de motores, una bomba incendiaria y otra de fragmentación, que tras el impacto incendiaban y desparramaban el contenido. Aquellos artefactos eran muy rudimentarios, pero no dejaron de surtir sus efectos. Paso a paso fuimos reuniendo experiencia; practicamos por iniciativa propia todo género de mejoras y enviamos voluminosos informes a Berlín."
Cuando Adolf Galland se refiere a Oviedo, en realidad pretende aludir al conjunto de Asturias (la capital, de hecho, estaba controlada por el bando golpista). De este modo, las montañas de Oviedo no son otras que las del oriente asturiano, concretamente la sierra del Cuera, donde tuvo lugar la sangrienta batalla del Mazucu entre los días 5 y 20 de septiembre de 1937 y durante la cual el apoyo de la aviación alemana resultó fundamental para el avance de las tropas nacionales.
FUENTES
GALLAND, Adolf: Memorias. Los primeros y los últimos. Madrid, Altaya, 2008, págs. 61-63.
El Comercio. Crónicas de la guerra civil de Asturias.
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