Vamos a dedicar una serie de entradas al estudio de la independencia cubana respecto a la metrópoli, España, a finales del siglo XIX y cómo una serie de circunstancias llevaron al joven estado cubano a la subordinación ante la gran potencia que estaba surgiendo en su mismo continente, a tan solo ciento ochenta kilómetros al norte de sus costas: Los Estados Unidos.
El periodo comprendido entre la independencia cubana, en 1898, y el golpe de estado de 1933, se ha conocido tradicionalmente como la república mediatizada, en clara expresión de la aspiración que no llegó a convertirse en realidad, debido al intervencionismo económico y político que ejercieron los Estados Unidos. En la primera fase de existencia del joven estado de Cuba, entre 1898 y 1809, ese intervencionismo tuvo también un carácter militar.
El periodo comprendido entre la independencia cubana, en 1898, y el golpe de estado de 1933, se ha conocido tradicionalmente como la república mediatizada, en clara expresión de la aspiración que no llegó a convertirse en realidad, debido al intervencionismo económico y político que ejercieron los Estados Unidos. En la primera fase de existencia del joven estado de Cuba, entre 1898 y 1809, ese intervencionismo tuvo también un carácter militar.
Este periodo estuvo marcado por la influencia sistemática de los Estados Unidos. Aniquilada la soberanía española sobre Cuba, aquellos que habían combatido por un sueño independentista observaron que, al tiempo que las tropas españolas abandonaban la isla, los soldados estadounidenses se quedaban como garantes del orden, con lo que Cuba se adentró en el siglo XX sometida y ocupada militarmente.
En términos políticos, la inspiración en el modelo estadounidense se hizo notar: una república de carácter constitucional y democrático, con un sistema político bipartidista (liberales y moderados). El fin del gobierno militar estadounidense con la retirada de las tropas y la sustitución de su bandera por la cubana, el 20 de mayo de 1902, no fue sino un gesto hueco.
La clave de esta primera fase reside en un punto polémico y ultrajante que fue considerado como "la negación de la independencia": la Enmienda Platt. La introducción de tal enmienda en la constitución cubana, garantizaba la mediatización política y económica. Estos eran los puntos más cuestionables en cuanto a la injerencia estadounidense:
-Se negaba a Cuba el derecho a negociar tratados que afectasen a su independencia.
-Estados Unidos adquiría el derecho a intervenir para garantizar la independencia cubana y mantener un gobierno adecuado para el pueblo cubano.
-Cuba habría de vender a Estados Unidos las estaciones carboneras y navales que se le solicitasen.
-Cuba debía convalidar aquellas acciones que hubieran desarrollado los Estados Unidos durante la ocupación.
Los préstamos estadounidenses y la adquisición de la producción azucarera por parte de empresas estadounidenses fueron subordinando la economía isleña -la producción azucarera constituía en torno al 80% de las divisas cubanas-, lo cual tuvo su culmen cuando el primer presidente de Cuba, Tomás Estrada Palma, firmó el arrendamiento de Guantánamo y Bahía Honda. Esta situación se agravó con el paso de los años hasta el punto de que, tal como indica Thomas E. Skidmore: "Era el Federal Reserve Bank de Atlanta el que realmente establecía la política monetaria de la isla, ya que las autoridades cubanas, en la práctica, habían entregado todo control sobre el movimiento de activos monetarios entre Cuba y EEUU".(1)
Primera página de la Enmienda Platt. |
En 1906 se produjo la segunda intervención estadounidense. La reelección de Estrada en mayo, tras la retirada de la oposición liberal a causa de la violencia política de los moderados, llevó a la llamada guerrita de agosto, la cual supuso la dimisión de Estrada -al no obtener de T. Roosevelt más que el envío de dos mediadores- y, ante la situación de desgobierno, una nueva intervención militar que implicó, según Leslie Bethell, la consolidación de la mentalidad plattista, basada en la idea de que los cubanos no estaban preparados para autogobernarse. Durante este periodo, fue Charles E. Magoon el gobernador provisional de Cuba, el cual creó un Partido Conservador que sustituyese al Moderado y un ejército profesional. La intervención estadounidense no finalizó hasta enero de 1909, con la llegada a la presidencia del Gobierno de José Miguel Gómez.
Segunda página de la Enmienda Platt. |
(1) SKIDMORE, T.: Historia Contemporánea de América Latina. Barcelona. Crítica, 1996, p.286.
Continúa en: La república mediatizada de Cuba (II): De Gómez hasta la Revolución de los sargentos (1909-1933).
FUENTES
BELMONTE, J.: Historia Contemporánea de Iberoamérica. Tomo 2. Ediciones Guadarrama, 1971.
BETHELL, L.: Historia de América Latina. Vol.9´. Barcelona. Crítica, 1990.
FORNÉS, L.: Cien años de historia de Cuba (1898-1998). La Primera República (1899-1921). Madrid. Verbum, 2000.
SÁNCHEZ-BARBA, M.: Historia de América. Editorial Alhambra, 1981.
SKIDMORE, T.E.: Historia Contemporánea de América Latina. Barcelona. Crítica, 1996.
BELMONTE, J.: Historia Contemporánea de Iberoamérica. Tomo 2. Ediciones Guadarrama, 1971.
BETHELL, L.: Historia de América Latina. Vol.9´. Barcelona. Crítica, 1990.
FORNÉS, L.: Cien años de historia de Cuba (1898-1998). La Primera República (1899-1921). Madrid. Verbum, 2000.
SÁNCHEZ-BARBA, M.: Historia de América. Editorial Alhambra, 1981.
SKIDMORE, T.E.: Historia Contemporánea de América Latina. Barcelona. Crítica, 1996.
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