Tomás se dirige a la multitud desde el balcón del Ayuntamiento de Sama de Langreo. |
Belarmino Tomás Álvarez es una figura fundamental para la Historia Contemporánea de Asturias. Siempre entre la mitificación por su papel como líder revolucionario, el olvido oficialista y la leyenda negra que le persigue a raíz de su gestión en el Consejo Soberano de Asturias y León. A lo largo de tres artículos trataremos de arrojar luz sobre la trayectoria vital de este controvertido líder socialista.
Minero, socialista y sindicalista
Belarmino Tomás nació en Lavandera (Gijón), en 1892, en el seno de una familia humilde. Sus primeros trabajos tendrían lugar en el puerto de El Musel, a la temprana edad de ocho años. Cuatro años más tarde, habiéndose trasladado con su familia a Sama de Langreo, comenzaría a trabajar como minero en el coto minero de Tuilla. Es en ese contexto donde tomará conciencia de clase, y tras unos primeros contactos con el sindicato anarquista El despertar del obrero, acabará afiliándose al PSOE y la UGT en 1907. Trabajando en el pozo de El Fondón conoció a Manuel Llaneza, fundador del Sindicato de los Obreros Mineros de Asturias (SOMA) en 1910. El guaje, apodo que le impuso Llaneza, ocupará varios cargos en el SOMA a lo largo de su vida. En su faceta de sindicalista tuvo una actitud muy activa en la lucha por unas mejores condiciones de trabajo para los mineros. En 1915 contrae matrimonio con Severina Vega.
De las huelgas de 1917 a los primeros años de la II República
Belarmino Tomás ocupará la presidencia del SOMA desde 1920 hasta el estallido de la guerra civil. Su implicación en la huelga revolucionaria de agosto de 1917 -como miembro del Comité Revolucionario- y la posterior represión le obligó a abandonar Asturias, refugiándose en Belmonte de Mezquín (Teruel) durante varios meses. Allí nacerá su hija, Purificación Tomás. Sus otros hijos fueron Urcesino (1916 o 1917) y Agripino (1925). En 1922 se hizo cargo de la Federación Provincial de las Juventudes Socialistas -en un momento de crisis tras la escisión comunista-, puesto que abandonará en 1927. En 1926, se le encarga, junto a Amador Fernández Montes, la dirección del pozo San Vicente (San Martín del Rey Aurelio), propiedad del SOMA-UGT. En el ejercicio de esta tarea hubo de despedir a un trabajador comunista por sabotaje. Éste regresó armado con una pistola, hiriendo en un brazo a Belarmino Tomás y matando a su amigo José Iglesias. Cuando Tomás regresó al trabajo fue nombrado vigilante de la mina. Entre 1931 y 1938 fue vocal del Comité Nacional de la UGT por la Federación de Mineros.
Revolución de Octubre
Desde comienzos de la II República, partido y sindicato se habían ido fortaleciendo al calor del bienio progresista. Incluso durante el bienio conservador no se dio una inhibición por parte de los socialistas asturianos, al tiempo que su rechazo hacia el Gobierno de Lerroux se agudizaba por la entrada en el mismo de la CEDA, derivando los socialistas hacia posicionamientos revolucionarios:
"Las directrices de Belarmino y de los socialistas asturianos eran fortalecer la organización sindical y política, controlar los movimientos de presión de los poderes fácticos a través de la CEDA al gobierno de Lerroux, conseguir armas y estar atento a las indicaciones de Madrid. Amador Fernández, fundador de 'Avance', fue enviado a Madrid a localizar a un destacado periodista, Javier Bueno, para dirigir el diario socialista. 'Avance' llegaría a tener una circulación diaria de 25.000 ejemplares. [...] Con el sindicato minero aglutinando a los trabajadores y con 'Avance' como medio de expresión, Belarmino y los suyos aguardaban..." [1]
El 5 de octubre de 1934 comenzaba la huelga general revolucionaria, movimiento armado impulsado a nivel nacional por el PSOE y la UGT y que solamente tuvo éxito en Asturias, contando con el apoyo de la CNT. En el ayuntamiento de Sama de Langreo, en la cuenca del Nalón, se instaló el Comité Revolucionario, asumiendo Belarmino Tomás el mando en la zona. Su papel en la revolución fue verdaderamente activo, a pesar de que ideológicamente se le sitúa en el centro del PSOE.
A medida que las tropas gubernamentales -entre las que se contaba la Legión y los Regulares de África- derrotaban a los revolucionarios, éstos perdían capacidad organizativa a la par que territorio. El tercer Comité Revolucionario se estableció en Sama, "convertida en capital revolucionaria desde el día 13 de octubre. Belarmino Tomás fue el encargado de liderar el máximo órgano revolucionario, formado por cuatro socialistas y dos comunistas. A estas alturas, Mieres y Langreo constituían los únicos enclaves realmente controlados por los trabajadores". [2]
El día 18, definitivamente derrotado el movimiento revolucionario, Belarmino Tomás acudió a Oviedo para negociar las condiciones de la rendición con Eduardo López Ochoa. Obtuvo del general la promesa, más tarde incumplida, de que no habría represaliados. De nuevo en Sama, Tomás se dirigió a las gentes de la revolución desde el balcón del ayuntamiento de Sama, para anunciar su acuerdo de rendición e instarles a deponer las armas. Poco después, partió hacia el exilio en Bélgica junto a otros miembros del comité revolucionario. No regresaría hasta febrero de 1936, tras ser elegido diputado del PSOE por Oviedo tras el triunfo electoral del Frente Popular [3].
[1] FERNÁNDEZ TOMÁS, R.: Belarmino. Uno más de los sin nada. Gijón. Rafael Fernández Tomás, 2013, p.46.
[2] Ídem, p.50.
[3] Otras informaciones afirman que Tomás fue capturado y condenado a muerte, abandonando la prisión tras el triunfo electoral del Frente Popular. En nuestro caso, hemos seguido el texto de su nieto Rafael Fernández Tomás, al que damos todo crédito. También Adolfo Fernández Pérez, quizás el mayor conocedor de la Historia de la Federación Socialista Asturiana, se refiere a su marcha hacia el exilio, si bien lo ubica en Francia.
Minero, socialista y sindicalista
Belarmino Tomás nació en Lavandera (Gijón), en 1892, en el seno de una familia humilde. Sus primeros trabajos tendrían lugar en el puerto de El Musel, a la temprana edad de ocho años. Cuatro años más tarde, habiéndose trasladado con su familia a Sama de Langreo, comenzaría a trabajar como minero en el coto minero de Tuilla. Es en ese contexto donde tomará conciencia de clase, y tras unos primeros contactos con el sindicato anarquista El despertar del obrero, acabará afiliándose al PSOE y la UGT en 1907. Trabajando en el pozo de El Fondón conoció a Manuel Llaneza, fundador del Sindicato de los Obreros Mineros de Asturias (SOMA) en 1910. El guaje, apodo que le impuso Llaneza, ocupará varios cargos en el SOMA a lo largo de su vida. En su faceta de sindicalista tuvo una actitud muy activa en la lucha por unas mejores condiciones de trabajo para los mineros. En 1915 contrae matrimonio con Severina Vega.
De las huelgas de 1917 a los primeros años de la II República
Belarmino Tomás ocupará la presidencia del SOMA desde 1920 hasta el estallido de la guerra civil. Su implicación en la huelga revolucionaria de agosto de 1917 -como miembro del Comité Revolucionario- y la posterior represión le obligó a abandonar Asturias, refugiándose en Belmonte de Mezquín (Teruel) durante varios meses. Allí nacerá su hija, Purificación Tomás. Sus otros hijos fueron Urcesino (1916 o 1917) y Agripino (1925). En 1922 se hizo cargo de la Federación Provincial de las Juventudes Socialistas -en un momento de crisis tras la escisión comunista-, puesto que abandonará en 1927. En 1926, se le encarga, junto a Amador Fernández Montes, la dirección del pozo San Vicente (San Martín del Rey Aurelio), propiedad del SOMA-UGT. En el ejercicio de esta tarea hubo de despedir a un trabajador comunista por sabotaje. Éste regresó armado con una pistola, hiriendo en un brazo a Belarmino Tomás y matando a su amigo José Iglesias. Cuando Tomás regresó al trabajo fue nombrado vigilante de la mina. Entre 1931 y 1938 fue vocal del Comité Nacional de la UGT por la Federación de Mineros.
Revolución de Octubre
Desde comienzos de la II República, partido y sindicato se habían ido fortaleciendo al calor del bienio progresista. Incluso durante el bienio conservador no se dio una inhibición por parte de los socialistas asturianos, al tiempo que su rechazo hacia el Gobierno de Lerroux se agudizaba por la entrada en el mismo de la CEDA, derivando los socialistas hacia posicionamientos revolucionarios:
"Las directrices de Belarmino y de los socialistas asturianos eran fortalecer la organización sindical y política, controlar los movimientos de presión de los poderes fácticos a través de la CEDA al gobierno de Lerroux, conseguir armas y estar atento a las indicaciones de Madrid. Amador Fernández, fundador de 'Avance', fue enviado a Madrid a localizar a un destacado periodista, Javier Bueno, para dirigir el diario socialista. 'Avance' llegaría a tener una circulación diaria de 25.000 ejemplares. [...] Con el sindicato minero aglutinando a los trabajadores y con 'Avance' como medio de expresión, Belarmino y los suyos aguardaban..." [1]
El 5 de octubre de 1934 comenzaba la huelga general revolucionaria, movimiento armado impulsado a nivel nacional por el PSOE y la UGT y que solamente tuvo éxito en Asturias, contando con el apoyo de la CNT. En el ayuntamiento de Sama de Langreo, en la cuenca del Nalón, se instaló el Comité Revolucionario, asumiendo Belarmino Tomás el mando en la zona. Su papel en la revolución fue verdaderamente activo, a pesar de que ideológicamente se le sitúa en el centro del PSOE.
A medida que las tropas gubernamentales -entre las que se contaba la Legión y los Regulares de África- derrotaban a los revolucionarios, éstos perdían capacidad organizativa a la par que territorio. El tercer Comité Revolucionario se estableció en Sama, "convertida en capital revolucionaria desde el día 13 de octubre. Belarmino Tomás fue el encargado de liderar el máximo órgano revolucionario, formado por cuatro socialistas y dos comunistas. A estas alturas, Mieres y Langreo constituían los únicos enclaves realmente controlados por los trabajadores". [2]
El día 18, definitivamente derrotado el movimiento revolucionario, Belarmino Tomás acudió a Oviedo para negociar las condiciones de la rendición con Eduardo López Ochoa. Obtuvo del general la promesa, más tarde incumplida, de que no habría represaliados. De nuevo en Sama, Tomás se dirigió a las gentes de la revolución desde el balcón del ayuntamiento de Sama, para anunciar su acuerdo de rendición e instarles a deponer las armas. Poco después, partió hacia el exilio en Bélgica junto a otros miembros del comité revolucionario. No regresaría hasta febrero de 1936, tras ser elegido diputado del PSOE por Oviedo tras el triunfo electoral del Frente Popular [3].
[1] FERNÁNDEZ TOMÁS, R.: Belarmino. Uno más de los sin nada. Gijón. Rafael Fernández Tomás, 2013, p.46.
[2] Ídem, p.50.
[3] Otras informaciones afirman que Tomás fue capturado y condenado a muerte, abandonando la prisión tras el triunfo electoral del Frente Popular. En nuestro caso, hemos seguido el texto de su nieto Rafael Fernández Tomás, al que damos todo crédito. También Adolfo Fernández Pérez, quizás el mayor conocedor de la Historia de la Federación Socialista Asturiana, se refiere a su marcha hacia el exilio, si bien lo ubica en Francia.
FUENTES
FERNÁNDEZ PÉREZ, A.: Tiempos heroicos. Diccionario biográfico del socialismo asturiano. Oviedo. Fundación José Barreiro, 2013.
FERNÁNDEZ TOMÁS, R.: Belarmino. Uno más de los sin nada. Gijón. Rafael Fernández Tomás, 2013.