miércoles, 29 de mayo de 2013

Las guerras indias (II): Little Big Horn, 25 de junio de 1876


Elaboración propia. Imagen posterior: "The Custer Fight", de Charles Marion Russell.


Como hemos visto en la entrada anterior, desde 1867, Washington impulsó una nueva política con respecto a las naciones indias, procediendo a concentrarlas en reservas. En 1874, el teniente coronel George Armstrong Custer, al frente del 7º Regimiento de Caballería, se adentró en territorio sioux en busca de oro. Pronto se difundió la noticia de la existencia de tal metal precioso, con lo que cientos de colonos comenzaron a llegar a estas tierras sagradas para los indios, y que además se les había asignado mediante tratados. Este fenómeno colonialista vulneraba el Tratado de Fuerte Laramie, pero las protestas de los líderes sioux ante el gobierno de los Estados Unidos de nada sirvieron. Traicionados, los sioux abandonaron sus reservas y pronto recibieron un ultimátum por el cual se establecía como fecha límite para su regreso a las reservas el 31 de enero de 1876. De lo contrario, serían considerados hostiles. Sin embargo, los sioux no aceptaron el ultimátum y establecieron su campamento en Rosebud Creek, Montana. Allí celebraron un consejo junto a otras tribus, entre ellas cheyennes y arapahoes, para la formación de una alianza frente a los Estados Unidos. Cansados de ceder, decidieron combatir.
 
Respecto a los Estados Unidos, a la altura de mayo se comenzó a preparar una ofensiva contra el campamento indio, con el envío de 2.500 soldados de caballería divididos en tres columnas que partirían desde distintos puntos geográficos. El 16 de junio, la columna de Crook, formada por 1.300 soldados, llegó a Rosebud. Caballo Loco, gran estratega sioux, logró tender una emboscada a la columna, causándole numerosas bajas. Tras esta victoria, el campamento indio se trasladó hacia el norte, a un valle junto al río Little Big Horn.
 
El 25 de junio, el general Terry envió al 7º de Caballería -formado por 600 hombres y mandado por el mencionado teniente coronel Custer- hacia Little Big Horn, en una misión de reconocimiento para observar el terreno. Custer, un hombre valiente, vanidoso y ansioso de gloria, tenía órdenes estrictas de esperar al grueso de la columna para comenzar el ataque. Sin embargo, al alcanzar las proximidades del campamento decidió pasar a la acción. Dividió, imprudentemente, sus tropas: envió a 175 hombres, liderados por Benteen, en una dirección incorrecta para prevenir movimientos de los indios; y a otros 175 soldados, mandados por Reno, hacia el sur del campamento. Otro pequeño grupo quedó a cargo de la impedimenta, por lo que a Custer le quedaban consigo 210 hombres. No sabían que frente a ellos había 2.000 guerreros indios decididos a luchar.
 
El ataque de Reno fue frustrado por Caballo Loco y sus guerreros, forzando a sus tropas a una retirada desordenada y costosa en número de bajas. En ese momento comenzó el ataque de Custer, por lo que Caballo Loco abandonó la persecución de los hombres de Reno para frenar el ataque principal. Aquí existen dudas. Hasta no hace mucho, se creía que Custer había atacado el campamento. Por otro lado, nuevos estudios como el de Richard A. Fox tienden a señalar que los hombres de Custer se lanzaron en persecución de los grupos de mujeres y niños que Toro Sentado trató de ocultar por la zona. En cualquier caso, Custer se vio obligado a adoptar una posición defensiva en la colina que más tarde se llamó Last Stand Hill. Cercados, sin posibilidad de huida y avasallados por las flechas y los disparos de la multitud enemiga, ninguno de los 210 hombres de Custer sobrevivió. Todos los cuerpos fueron mutilados. Reno y Benteen consiguieron resistir con sus hombres en la colina de Weir Point, parapetados hasta que, al día siguiente, Caballo Loco decidió retirarse. Sus exploradores advirtieron la llegada de refuerzos enemigos, por lo que los jefes sioux trasladaron el campamento.
 
Little Big Horn fue una gran victoria india, pero debemos relativizar su impacto. Resultó sobrecogedora para la sociedad estadounidense, y la ira cundió tan pronto que las represalias fueron brutales. Caballo Loco fue asesinado a bayonetazos por sus captores en una celda, en 1877. Toro Sentado corrió una suerte parecida, en 1890, poco antes de la masacre de Wounded Knee.
 

Continúa en: Guerras Indias (III): La masacre de Wounded Knee.
 

FUENTES


ANG, G. (Dir.): Secretos y misterios de la Historia. México. Reader's Digest, 1990.

VV.AA.: Las grandes batallas de la Historia. Barcelona. Debolsillo, 2011.

Documental: "Qué pasó con la última batalla del general Custer".

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